Abril 2009 / NÚMERO 26

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Concurso

Encuentro Marzo

Recuerdos de mi época escolar

Mi nombre es Nolberto Sepúlveda Salinas, recibí mi educación en el Colegio Hispano Americano de los Padres Escolapios, y mi recuerdo más hermoso era cuando se celebraba la festividad del Santo fundador de la Congregación San José de Calazans, ya que ese día se hacían actividades especiales, desde la misa con todos los alumnos, hasta competencias deportivas y literarias. Por mi condición física (sufrí poliomelitis infantil a los 2 años) me gustaba participar en lo literario. También en esa oportunidad tan especial, se repartían empanadas, bebidas y otras golosinas, había integración y cercanía con los religiosos de ese tiempo. Pasado el tiempo trabajé varios años en el mismo Colegio donde me eduqué. Hace muchos años participo en la parroquia Basílica del Corazón de María de los padres claretianos, como agente pastoral.

Nolberto Sepúlveda Salinas


Recuerdos al rememorar...
aquellos días de infancia,
donde me puse a llorar,
cuando mi madre...
me dejara en aquella,
escuelita municipal.

Temerosa y ansiosa...
acepté sin chistar,
mis lágrimas corrían...
sin dejar de llorar;
en silencio para que no notaran,
mi gran pena por estar presente,
en este evento de mi vida escolar.

El peinado encopetado...
de aquella maestra tan especial,
la señorita Carmen cantando...
mi primera canción....

"Detrás de las zarzamoras y pasadito del bajo"...
canción que está grabada en mi corazón,
que aún canto con tanta emoción.

¿Cúanto pasó para que dejara de llorar
y pudiera disfrutar de mi primer año escolar?

Marietta Pinto G.


Fue la entrega de certificados de 8º básico. Por primera vez en la historia del colegio se vio empatado el 1er lugar en un curso, compartido por mi mejor amigo y yo, además, me otorgaron la Medalla al Esfuerzo.  Mamá lloró.

Sobreviví dolorosamente a hepatitis y bronconeumonía, bajé dieciséis kilos, retomando los estudios amarillento y delgaducho. Semanas después rendía dignamente los exámenes. “Chico Andrés”, el más grande y leal amigo, escribió diariamente en ambos cuadernos las materias de cada asignatura y repasábamos los sábados cuando yo apenas levantaba la cabeza. 

La AMISTAD debiera ser considerada la 8ª Virtud Teologal. 

Jorge Vargas J.


Tengo muchos recuerdos hermosos de mi etapa escolar, pero creo que el más significativo e importante, fue la visita de S.S. Juan Pablo II a nuestro país. Comenzaba mi 3º básico y hubo toda una preparación en las clases de religión, desde leer o escribir sobre esta ilustre visita, hasta aprendernos el himno “Mensajero de la Vida”. Mis padres me enseñaron los valores cristianos y me encauzaron por el camino de la Iglesia, y la visita del Papa ayudó a despertar en mí el deseo de servir al Señor como un laico comprometido. Hoy participo en el coro de mi comunidad y como asesor de pastoral juvenil, y mantengo vivo en mi vida pastoral el recuerdo de aquella visita.

Rubén Carrasco Muñoz


Fue un sueño a los 8 años: Gabriela Mistral abrazándome. Memoricé la poesía “Piecesitos de Niño”; y fui seleccionada para declamarla innumerables veces y premiada como la mejor recitadora. En 1989, para el centenario del natalicio se expuso durante meses su maravillosa obra, fotografías y objetos personales en la Biblioteca Nacional, fui docenas de veces. Un día de lluvia torrencial, solitaria sentada en su escritorio privado (prohibido) leía y releía sollozando el ejemplar borrador, entonces, silenciosamente la maternal poetisa me abrazó entre las brumas de un desmayo.  

Me autoproclamé: la más asidua visitante a tan inigualable e irrepetible muestra.  

Anita Sotomayor F.


El abrazo materno del primer día de clases de 4º Medio, cariñoso, cálido, de infinita soledad. Luego la divisé entre los rosales compartiendo con apoderados: bonita, joven, delgada, serena. Cada marzo, el Colegio recibía con chocolate para los alumnos y  café para los padres.  

Desde 1º Medio le había pedido que no me avergonzara ante mis compañeros con  abracitos, que entrara detrás de mí. Ella sólo suspiró quedamente.

En primavera se dio vuelta el mundo: cáncer de mama, inesperado, profundo, infiltrante, tremendamente agresivo, izquierdo/bajo (la peor ubicación).

Ay de mí,  mamá,  mamita, … mamacita, sólo Dios sabe como quisiera abrazarte en este momento.

Maximiliano Joaquín Leiva S.