Agosto 2009 / NÚMERO 30

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José Antonio Kast, diputado UDI

¿Por qué lidera nuevamente las acciones en contra de la distribución del levonorgestrel?

Cuando entré a la política lo hice por convicción e ideales. Dentro de los ideales estaba trabajar para alcanzar el bien común, trabajar por la gente más humilde, lograr que exista más libertad en los distintos ámbitos de la vida: en educación, en salud, previsión, emprendimiento. También me ha motivado la defensa del derecho a la vida. Así como he trabajado firmemente en el tema de familia y en educación, el derecho a la vida siempre me ha motivado. Hace un par de años creamos el Frente Parlamentario por la Vida en Chile. Luego creamos en Frente Mundial de Parlamentarios y gobernantes por la Vida. Eso sigue funcionando, está a cargo de una argentina, hizo su segundo encuentro en España.

¿A qué se debe su persistencia?

Para que exista cualquiera de los derechos que uno quiera defender, desde el punto de vista político, lo esencial es que exista vida. El primer derecho humano es el derecho a la vida y de ahí uno puede hablar del derecho a la libertad, a la libertad religiosa…pero primero tiene que existir una persona.

Uno percibe que en los otros países ha ido ganando una cultura donde prima el derecho a la opción de la persona a ejercer cualquier libertad sobre su propio cuerpo y eso termina atentando contra los que no tienen voz. La política también es una manera de defender a aquellos que no tienen la voz. Eso puede ser una persona de escasos recursos, una persona vulnerada en sus derechos laborales, sociales, educacionales, pero por sobre todo una persona que no ha nacido. Esa es una de las motivaciones que uno tiene para estar en política y con la convicción que la vida empieza desde el momento de la concepción, porque si tuviera la convicción que la vida no parte ahí, no estaría tan jugado en este tema de la píldora del día después.  Como estoy convencido que la vida comienza en la concepción creo que hay que proteger esa vida desde ese momento porque tiene un ADN distinto al de su madre y su padre.

¿Qué opina de los parlamentarios que cambiaron su parecer en este aspecto?

Creo que se ha hecho un gran tema a nivel de la opinión pública. No son tantos los parlamentarios que han cambiado de opinión. A lo mejor algunos de ellos, dado estudios científicos que pudieron leer, estimaron que no era abortiva. Ninguno de ellos lo hace, creo yo, pensando que es abortiva. Creo en la buena fe de las personas. Tienen el derecho a pensar así, pero yo sigo teniendo la duda sobre si es abortiva o no. Mientras exista una pequeña duda, creo que tiene que primar el principio pro vida por sobre cualquier otra consideración.

Parlamentarios como Eduardo Díaz, que es del PRI, está sumado a esta iniciativa, un parlamentario de la DC como Jorge Sabag también está sumado a la iniciativa. En mi partido no hay ninguno que se haya bajado, Juan Lobos se bajó antes y no después.

¿Cómo se promueve esta convicción en el Congreso?

Hay varios parlamentarios comprometidos en esto como Francisco Chahuán, Nicolás Monckeberg, Alberto Cardemil, María Angélica Cristi, Patricio Melero, Felipe Ward. Son muchos. Ellos mismos están promoviendo la defensa de la vida desde la concepción entonces uno no anda buscando parlamentarios, sino que es un movimiento transversal, no sólo de un partido político, que considera que es esencial que no se abra esa puerta a la discrecionalidad.

Lo que está en juego es si la sociedad chilena, a través del Parlamento, se pone de acuerdo en cuándo comienza la vida. Esto ha pasado en otros países, se han puesto de acuerdo en que partía al mes, en otros países a los tres meses y antes de eso, para ellos, no hay vida. Entonces esta es la puerta esencial para que no se produzca esa discrecionalidad que se resuelve a través de una votación sobre cuándo comienza la vida y cuándo parte el aborto. Esta es la discusión esencial que hay que dar para que esa discrecionalidad no opere en Chile.

¿Cómo opera en este sentido la bancada por la vida?

La bancada por la vida va desde la UDI hasta el PRSD. El parlamentario PR no va a firmar la impugnación al TC porque no comparte la duda legítima sobre el posible efecto abortivo del levonorgestrel. La bancada por la vida nació en contra del aborto, no de la píldora. Son más de 61 parlamentarios los que están en contra del aborto. Hay muchos que por un tema político no querían suscribir un referente transversal, porque todavía pueden haber diferencias en Chile que vienen del pasado, de la postura que uno otro pudo haber tenido respecto al gobierno militar o el de Salvador Allende. Eso genera cierta división. Con otros compartimos que desde el séptimo día, a todo evento, hay vida. Hay muchos que dicen, como la OMS equivocadamente creo yo, que la vida nace con la anidación. Creo que es un error, pero rescato lo positivo de eso que es que ellos no permitirían el aborto a partir de la anidación del embrión.

Con esta postura ¿no teme perder votos?

Uno, si está en política, lo que tiene que hacer es trabajar para cambiar la opinión de las personas de acuerdo a lo que uno cree que es lo correcto.

Por otra parte, nunca me he sentido atrapado por el poder. Mi meta no es permanecer de por vida en esto, tengo motivaciones distintas: conquistar gente nueva, la renovación de la política, la libertad de educación…si tuviera que perder, pero defendiendo lo que yo creo, estaría feliz.

Pienso también que las  personas valoran la coherencia y la consecuencia. El electorado a veces rechaza más a la persona que se va acomodando de acuerdo a lo que dicen las encuestas que quien mantiene una línea. Cuando uno mantiene una línea la persona tiene claro que cuando le afecten otros derechos: el derecho laboral, el derecho a la educación, a la salud, con la misma vehemencia con la que uno defendió un principio como este va a defender ese otro.

Por lo demás la gente no vota por píldora o no píldora. La gente vota por si tiene trabajo, trabajo digno, una atención digna en salud, educación de calidad, si tiene seguridad ciudadana o tiene que estar encerrada en su casa, si tiene un transporte digno o no. Eso es lo que las personas viven cada día. Si bien la sexualidad es la cosa más personal, la cosa más importante desde el punto de vista individual, la gente no piensa en sexualidad = píldora = aborto.

El gobierno ha politizado la discusión al sacar ventaja política y yo creo que eso es un error. A nivel municipal, cuando tuvimos las elecciones el año pasado, no se reflejó lo que decían las encuestas del mundo “progresista” –porque es raro decirse progresista cuando uno prioriza el aborto, porque eso es retroceder más que avanzar en las sociedades-. No se dio en ninguna municipalidad donde el alcalde no entregaba la píldora, que ese alcalde hubiese bajado su votación. Es cosa de ver la votación del alcalde Ossandón en Puente Alto y la votación de la alcaldesa Van Ryselberghe en Concepción. Los dos se declaran contrarios a la píldora, no la entregan en sus consultorios y sacaron sobre el 70% de los votos en comunas muy grandes, populares y asociadas históricamente a votaciones de izquierda.

A mí nunca en la calle me ha parado, sabiendo que soy contrario a la píldora, para decirme que se entregue la píldora en Chile. Lo único que he visto público y masivo fue una manifestación que se hizo en el centro de Santiago, donde se convocó durante casi un mes a las personas para ir, donde pusieron buses a disposición de las personas en las comunas periféricas, donde se gastaron muchos recursos en artistas. En lo personal, yo hago terreno, voy al colegio, voy al consultorio, atiendo en mi sede, voy a actos públicos y hasta ahora nadie me ha dicho que quiere que le repartan la píldora. Además hay que hacer una distinción clara: no es que estemos en contra de los métodos anticonceptivos, las personas pueden elegir libremente. Las políticas de salud deben considerar las alternativas de anticoncepción para que las personas elijan libremente, pero aquí no estamos hablando de anticoncepción, estamos hablando derechamente de aborto. Será muy chiquitito ese ser, pero es un ser vivo.

Yo nunca he escondido que soy un parlamentario de derecha, de un partido de derecha, soy católico y respetuoso de las distintas religiones. Tengo muy buena relación con las iglesias evangélicas, reconozco toda la labor pastoral y social que hacen, pero nunca he negado mi condición de parlamentario de derecha, pro vida, que defiende la familia como un proyecto de vida a plantear a las personas. Eso no quiere decir que uno no reconozca que hay fracasos, que hay madres solteras que hay que reconocer sus cualidades por salir adelante, pero como Estado, el fomento de la familia no es cualquier tipo de familia. La misma discusión tenemos hoy sobre el matrimonio homosexual. Uno puede reconocer ciertas situaciones, acoger a las personas, pero es distinto a que el Estado promueva algo que creo que no aporta al bien común de la sociedad.

¿Estar en contra de la píldora del día después es cuestión de fe?

No. Cada vez que me invitan a un foro y me preguntan si es una cosa de fe yo les digo que no, que soy diputado, que si quiere hablar de fe es bueno que inviten a un sacerdote o a un pastor. Yo entro al tema del derecho a la vida desde la naturaleza humana, desde donde parte la vida. Si uno lo ve científicamente, el único hecho distinto que se produce en la vida es la fecundación. Cuando el espermio entra en el óvulo hay algo distinto. De ahí para adelante hay multiplicación de las células, pero todo lo genético, el ADN, ya está ahí. El hito que marca la diferencia está ahí y eso lo reconocen todos los científicos. Lo que muchos médicos discuten es desde cuándo es viable esa vida y ahí se produce esa diferencia, con mucho, de siete días.

¿Qué le diría a las personas que dicen que la distribución del levonorgestrel es cuestión de equidad?

Es una mentira más que se ha ido promoviendo, de manera mal intencionada por parte de un sector político y encabezado por el gobierno a través de su ministro de salud. Cuando se fue Soledad Barría del Ministerio de Salud quedó demostrado que la equidad se juega en otras cosas. Cuando una madre tiene a su hijo en un baño, es falta de equidad. Cuando se inaugura un hospital que no es hospital, ahí hay falta de equidad. Cuando se atiende sin dignidad a una persona en un consultorio porque los médicos no tienen tiempo o porque faltan recursos, es falta de equidad. Eso es verdadera falta de equidad.

Lo que nosotros pedimos en el Tribunal Constitucional y que ratificó la Contraloría, es que la píldora no se entregue en ninguna parte en Chile. Lo que el gobierno debiera hacer es ayudarnos a eso. Las farmacias no iban a vender la píldora, la píldora no  existía en las farmacias, el gobierno promovió la venta de la píldora en farmacias. Como no había píldoras en Chile la Cenabast importó píldoras. Como  igual no le compraron las píldoras el gobierno amenazó con pasar multas de hasta 30 millones de pesos por sucursal de cada farmacia que no tuviera en stock la píldora. Las farmacias no tenían píldora porque entendían que el fallo del Tribunal Constitucional era para toda la sociedad. El gobierno le torció la mano al fallo del Tribunal Constitucional y obligó a las farmacias a venderla. Después inventaron que a través de los municipios se podía entregar, pues no eran parte de la red de salud, vulnerando los decretos y las leyes que dicen que los consultorios son parte de la red de salud.

Aquí hay una mentira que ha crecido y también se ha tratado de sacar dividendos políticos usando una vieja estrategia que consiste en la lucha de clases, en decir que existe una diferencia entre ricos y pobres. El que hizo esa diferencia fue el gobierno, no los parlamentarios que pidieron la revisión de la píldora.

¿Es bueno debatir, como algunos argumentaron, sobre la distribución de la píldora?

Cuando uno pide el debate quiere decir que hay un argumento nuevo. Creo que no hay ningún argumento nuevo para entrar al debate en el tema del aborto y de la píldora. Como existe la duda sobre si es abortiva o no, mientras exista la duda no veo la razón para “abrir” el debate. Mientras exista la duda eso juega a favor del que está por nacer.

El debate siempre ha estado abierto, no hay que mandar un proyecto de ley para abrir el debate. Podemos ir a foros o charlas, pero en la medida en que existan argumentos nuevos y hasta ahora no he escuchado ningún argumento nuevo respecto al aborto, la unión homosexual o la píldora que diga que ha cambiado algo.

Usted ha dicho que la reforma constitucional es la única manera de legalizar el aborto y de distribuir la píldora

Todas aquellas personas que creen que en Chile se tiene que entregar la píldora lo que debieran hacer es reformar la Constitución y autorizar, a través de la Constitución, que exista un atentado contra la vida que está por nacer, pero como no van a tener nunca los votos para hacer eso, tratan nuevamente, a través de un subterfugio, de presentar una ley como esta. Por eso nosotros vamos a recurrir nuevamente al Tribunal Constitucional, porque creemos que a través de este subterfugio intentan vulnerar la Constitución. Lo que debiera hacer el gobierno, si es que quiere abrir la puerta al aborto, es modificar la Constitución y eso sabe que no lo pueden lograr porque no tienen los votos suficientes para ese cambio.

La ley (sobre "información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad") va a ser aprobada en la Cámara Baja, por eso nosotros vamos a ir al Tribunal Constitucional. Se está pasando a llevar la Constitución respecto de la protección de la vida que está por nacer, para eso existe el Tribunal Constitucional, porque si no cualquier mayoría circunstancial podría modificar la piedra angular de la legislación chilena. Como eso está resguardado, nosotros tenemos legítimamente el derecho, vía Constitución, que es recurrir al Tribunal. El Tribunal Constitucional ha parado muchas leyes, aprobadas por mayorías porque van en contra de la Constitución.

Usted ha dicho que en el caso de la píldora del día después se ha vulnerado la institucionalidad ¿Por qué lo sostiene así?

El año 2001 hubo una sentencia de la Corte Suprema que terminó con la entrega del Postinor. Como se acabó la píldora después de esa sentencia, el gobierno hábilmente pidió inscribir otra marca y así inscribieron el Postinor 2 en el ISP y vulneraron la sentencia de la Corte Suprema. Nosotros recurrimos al Tribunal Constitucional en primera instancia porque el gobierno, a través de una resolución sanitaria muy simple, dijo que entregaría la píldora a menores de edad y a todo quien la solicite. Como no iba con firma de la Presidenta, recurrimos al Tribunal diciendo que debería ser un decreto supremo firmado por la Presidenta y ganamos. A la semana la Presidenta firmó el decreto supremo y lo envió y recurrimos porque estaba infringiendo la Constitución y ganamos. Después el gobierno interpreta el fallo de tal manera de seguir entregando la píldora a través de los consultorios en contra de lo que dice el propio fallo. Como los alcaldes ven que hay una discusión, recurren a la Contraloría para preguntar si los consultorios formaban parte de la red de salud y para saber si podían distribuir la píldora después de lo que dijo el fallo. La Contraloría dice que los consultorios son parte de la red de salud y por tanto quedan involucrados en el fallo y no pueden entregar el fármaco. Entonces el gobierno dice que va a presentar un proyecto de ley y en paralelo aplican a las farmacias la norma y dicen que la píldora es parte del recetario nacional, así es que tiene que estar obligatoriamente en las farmacias y si no está habrá una multa de 30 millones de pesos por local.

Lo que hemos visto es que el gobierno, una y otra vez no acepta los fallos de los tribunales de justicia y le tuerce la voluntad a la institucionalidad e insiste en el tema. Además no dice la verdad, porque dice que viene casi una pandemia de embarazos adolescentes porque se prohíben todos los métodos anticonceptivos y eso es falso porque existen múltiples pastillas anticonceptivas, métodos de barrera, dispositivos intrauterinos, parches subcutáneos, etc, que las personas pueden elegir. Pero no existe información, la gente no conoce los métodos anticonceptivos, los métodos naturales, no conoce nada.

Por último quiero decir que los argumentos que se han usado para promover la píldora son dos: que limita los embarazos adolescentes y que disminuye la tasa de abortos. Ambos argumentos son falsos. Se ha demostrado en países como Inglaterra, España y Suecia que mientras más píldoras se entregan, aumenta el número de abortos y los embarazos adolescentes, al menos en un país, no bajaron sino subieron y en los otros se mantuvieron. Por lo tanto a lo que tenemos que apelar aquí es a una verdadera educación sexual que no pasa por lo que conocimos como Jocas. Si vemos el resultado de las Jocas, los embarazos adolescentes aumentaron. Hoy existen muchos programas como el Teen Star, hay muchos programas que muestran cómo se bajan los embarazos adolescentes y no ha habido voluntad para desarrollarlo.

¿De qué manera lo ha marcado su familia de origen?

Cuando uno es el menor de diez y a la mamá de uno le dicen, cuando está en el tercer parto, que si volvía a tener un hijo se iba a morir y ella opta por la vida, eso a uno lo marca, porque después de esos vinimos 6 más. Qué hubiese pasado si mi madre no hubiese optado por la vida. Habría 6 personas menos. Efectivamente la vocación por la vida de mis padres a uno lo marca.

Transmitir eso a las personas es uno de los ideales que me mueve en política. Soy el menor de 10 y papá de 9 niños. No quiero que todas las familias sean grandes, pero sí quiero que todos tengan la posibilidad de tener hijos, porque en Chile como la educación es cara, la vida es cara, se le va coartando la libertad a las personas de tener hijos. En el distrito que represento, cuando digo que tengo 9 hijos la gente me dice que les gustaría tener más hijos, pero no pueden porque les sale cara la educación, el transporte, porque le quieren dar una calidad de vida distinta a la que tuvieron ellos. Lo que tenemos que hacer es pelear para que esa persona pueda tener la libertad de, en la medida que quiera y se sienta capacitado,  tener un hijo. Esa es la misión del Estado, no es eliminar vida, es dar vida.

¿En qué está la bancada por la vida?

La preside Carlos Olivares, hay un parlamentario por cada uno de los partidos. Está latente, a la espera que se reactiven los proyectos de aborto que han presentado parlamentarios de la Concertación principalmente. Nos une estar en contra del aborto y la eutanasia. En el tema de la píldora, concretamente, algunos plantean que no es abortiva, por eso no puedo juzgar la conciencia de la persona. Pero eso no quita que quienes pensamos que puede tener efectos abortivos recurramos al Tribunal Constitucional  para impugnar su entrega.

Más información del diputado en  http://www.camara.cl/camara/diputado_detalle.aspx?prmid=857