Edición NÚMERO 54
Agosto 2011

Sociólogo del episcopado analiza razones de la desigualdad en Chile

El sociólogo Lorenzo Figueroa, director de Pastoral Social Caritas de la Conferencia Episcopal, analiza en esta entrevista algunos elementos que explican las grandes diferencias sociales y económicas entre los chilenos.

¿Cómo explica usted la persistencia de la brecha entre ricos y pobres que se manifiesta en Chile?

La persistencia y aún la ampliación de la brecha de la desigualdad, efectivamente no se ha logrado superar. Creo que en su base están los temas que hoy concentran la preocupación pública: Primero, la desigualdad se explica porque los mecanismos de integración social no están cumpliendo ese rol. El sistema educativo chileno, lejos de contribuir a la inclusión, hoy más bien tiende a segmentar y a perpetuar las diferencias sociales. Sin duda, en un sistema mixto, es fundamental fortalecer la educación pública, y ofrecer oportunidades de educación de calidad a todos. En esta misma línea, también se constata en Chile la fragilidad y precarización del trabajo. Son muchas las personas que teniendo trabajo, son pobres. Eso es porque se trata de trabajos de mala calidad, bajas remuneraciones y falta de seguridad social. Parte de esta realidad laboral se refiere también a la baja tasa y débil organización de los propios trabajadores y a las características de la ley, que no estimula la organización sindical.

¿Qué otro elemento ayuda a mantener esta marcada diferencia económico-social entre los chilenos?

Me parece que una segunda causa de la desigualdad tiene que ver con el déficit de ciudadanía y capacidad de incidencia de la población en la toma de decisiones. Aunque las movilizaciones recientes pueden marcar un quiebre en la tendencia, en la historia reciente no hemos contado con una ciudadanía activa que interpele a las autoridades a cambiar las condiciones que generan o mantienen la desigualdad. 

Una tercera razón tiene ver con la falta de consenso y voluntad política para introducir cambios significativos en el armado legal e institucional actual. Por ejemplo, en lo que respecta al sistema tributario y la ley laboral. Ello en un marco de un Estado disminuido, que ha enfatizado programas de protección social, más que políticas públicas con perspectiva de derechos, renunciando a un rol más activo en la construcción del Bien Común.

Finalmente, me parece que también hay razones de orden cultural, como la tendencia a naturalizar las enormes diferencias que hay en el país o a adjudicárselas a los mismos pobres, estigmatizados y no reconocidos en su dignidad, potencialidades y protagonismo.