Edición NÚMERO 46
Diciembre 2010

Testimonios

1.- María Verónica Bravo (56 años, Providencia, profesora, soltera).

Cuando pienso en la Iglesia del futuro, creo que lo que falta es que las personas realmente crean que Jesús está vivo, caminando en medio de nosotros, junto con la Virgen, actuando en las comunidades muy fuertemente. Quiere un pueblo libre, sano, y que realmente sienta que ellos nos tienen tomados de la mano. Me gustaría una creencia más cotidiana y no solamente de día domingo.

Para mí el aporte de la Iglesia más importante hoy es que tenemos un cuerpo sacerdotal impresionante y que gracias a Dios todavía nuestras iglesias se llenan. Por mi trabajo en Acoger, tengo que visitar mucho las parroquias  y pese a todos los problemas que ha tenido la Iglesia este año aún la gente sigue creyendo. Tengo fe que viene un avivamiento. Creo que pese a todas las dificultades que ha habido, la fe va a prevalecer.

Sobre el tema de los casos de pedofilia, como cristiana participante y creyente activa,  me ha dolido mucho que esto se haya producido, creo que es un gran daño. Pero también creo que pese a todo es una prueba que los cristianos que tenemos fe hemos podido sobrepasar porque hay muchos sacerdotes, la gran mayoría, que realmente se la juegan, y que si alguno a lo mejor está flaqueando es porque nosotros, los laicos, estamos dejándolos un poquito solos. Necesitamos apoyarlos con nuestra oración, con nuestro cariño, con nuestra preocupación. Tenemos que protegerlos con la oración, porque Satanás está actuando y está pegándonos donde más nos duele, que son nuestros niños y nuestros sacerdotes.
Yo pediría perdón por haber sido quizá tibia en la cercanía con nuestros párrocos. Y le doy gracias al Señor por la fe que me ha dado. Le doy gracias por haber conocido al Espíritu, el gran don que nos transforma, nos hace de nuevo, que es capaz de curar nuestras heridas, nuestro pecado, mostrar nuestro pecado y restaurarnos por dentro, volver a hacernos hijos de Dios, más semejantes a Jesús.

 
2. Ricardo Godoy  (29 años, Concepción, ingeniero civil industrial)

Siempre uno viene en búsqueda de paz interior, por decirlo así, y creo que la iglesia eso lo aporta. Así es que más que nada lo que espero es que todos nos reconciliemos en este Bicentenario.

Me  gustaría eso sí que la Iglesia fuera más cercana sobre todo hacia los pobres, manteniéndose en la línea que está.
El principal aporte que hace la Iglesia al país es ayudar a llevar la vida familiar, acercar, promover que las familias puedan compartir todo de forma unida.

Pienso que en cuanto al desarrollo de Chile, son las personas más que nada las que tienen que aportar. La iglesia siempre ha intentado que la gente actúe por el bien y creo que lo ha hecho en ese sentido muy bien. Yo, honestamente, me acerqué porque sentía ganas de venir a la Iglesia, entonces por eso mismo creo que no tiene que ser algo impuesto, sino más bien que las personas tienen que reaccionar, acercarse a la Iglesia y buscar a Dios, porque eso es lo que hace falta hoy en día.
 
3. Jorge Valenzuela (71 años, Maipú, casado, tres hijos).

La Iglesia aporta mucho, porque uno con fe llega a ser muchas cosas. Pienso que es indispensable la iglesia en un lugar de cualquier población, sea la más humilde, porque ahí uno escucha lo que se  dice, la Palabra, y de eso se impregna para comportarse mejor.
 
4. Gilda Meza Narváez (55 años, Cerrillos, trabajadora de casa particular, casada)

Mi fe me lleva a creer que  en la Iglesia está la salvación, y la Iglesia la hacemos todos. Eso más que nada.  Me gustaría una Iglesia más unida, porque los católicos estamos muy alejados. Yo he conversado con personas que dicen no van a misa porque no les gusta el cura y eso está errado porque él no es el que hace la Iglesia, sino que la hacemos todos… Entonces podríamos aportar a mejorar eso: conviviendo más, incluso en la misma familia, con los vecinos, hablando de la Palabra. Yo pienso que todo empieza por la familia.

La Iglesia es fundamental porque aporta en la fe, en lo ético, en la moral, porque la juventud me da la impresión a veces que está muy desorientada. La Iglesia nos tiene que llevar por ese caminito, por lo menos en lo moral.

Creo que como chilenos tenemos mucho que agradecer, porque todavía nosotros vivimos en un país donde se valora la familia y la comunidad. En otros países he escuchado que ya no es así, que ya no existe esto de la unión en la comunidad, en la fe, sino que cada uno hace su vida y no existe familia ni nada.
 
5. Stephanie Lorca Mesina (15 años. Maipú, estudiante)

Yo espero que la Iglesia acoja a todo el mundo, como se supone que es la misión “Una mesa para todos”. Quiero que ayude así a crecer las comunidades. También una Iglesia unida, llena de esperanza, de fe.

La Iglesia ayuda principalmente a tener fe, a confiar los unos en los otros y así poder surgir como sociedad. Yo le agradezco el unirnos como país, creo que eso es lo principal que ha logrado la Iglesia en Chile, en el sentido de que las personas participan,  confían, se ayudan mutuamente, y esa es una de las misiones principales de la Iglesia.
 
6. Catalina Valdés (33 años, Vitacura, casada)

Soy una alegre partícipe de la Iglesia de Santiago. Espero que la Iglesia sea un lugar de encuentro para todos, un  lugar donde todos se sientan acogidos, un lugar que la gente pueda tener un encuentro personal con Cristo, con la Virgen María, un lugar donde todos nos sintamos hermanos, donde todos nos preocupemos por los demás, donde nos sintamos realmente una familia, a pesar de las diferencias que todos podamos tener.

Quiero una Iglesia donde todos nos sintamos responsables, activos, de salir al encuentro de otro, de misionar a los demás, de preocuparnos de los demás, una Iglesia donde fruto de este encuentro con Cristo, todos nos sintamos parte y queramos llevar esta buena noticia.

No sé si le cambiaría algo a la Iglesia actual porque somos todos tan diversos y en nuestra individualidad reflejamos distintos carismas. Ojalá que siempre seamos igual de abiertos para acoger a todos y seguir siendo diversos en nuestra identidad católica.

No sé cuál es el mayor aporte de la Iglesia, pero si tengo que elegir por qué dar gracias, doy gracias por esta compañía que ha hecho al pueblo de Chile desde que llegaron los misioneros, desde que se fundó Santiago, a través de las órdenes religiosas, a través de la educación, con estos santos que tenemos, por la juventud que es tan solidaria, que es tan misionera. Creo que hay hartas cosas por las cuales me siento orgullosa y creo que la Iglesia ha sido parte importante y trascendental de la historia de Chile.

También tenemos que pedir perdón, porque evidentemente hay muchas cosas que no hemos hecho bien como Iglesia, ya que  somos humanos y cuesta hacer vivo el evangelio. Millones de veces no estamos a la altura, pero yo creo igual hay que mirar con esperanza el futuro.
 
7. Vicky Ibáñez Vera (La Reina,  Movimiento Legión de las pequeñas almas, casada)

Me gustaría una Iglesia más acogedora, con los brazos abiertos, que muestre más el amor del Señor, de más oración y más adoración.

El gran aporte es la eucaristía, la entrega del Señor diariamente. Eso es lo más grande, el Santísimo expuesto, porque sabemos que tenemos a Jesús presente ahí, que nos está escuchando y eso realmente la gente no lo sabe porque si lo supiera, las iglesias estarían llenas de gente.
 
8. Manuel Contreras (Sargento de la Armada, casado, dos hijos)

Espero de la Iglesia nos conduzca por un mejor camino, que una más a la familia y que busque nuevos incentivos para llamar a los jóvenes a que se unan a las actividades de la Iglesia. El luchar día a día para cumplir ese objetivo es complicado, pero confío que la Iglesia lo va a poder hacer.

Desde el inicio, la Iglesia ha aportado a la historia de Chile, siempre ha estado en lo que se ha construido en  Chile, cuando se inició la junta de gobierno, en las batallas, en la lucha por la Independencia, al crear instituciones e institutos para formar a jóvenes.
 
9. Marcelo San Martín (44 años, Peñalolén)

La Iglesia ha servido para unir a las personas, demostrando que Cristo está con nosotros y en nuestra vida. En la historia de Chile ha estado siempre, por el tema de la misma Virgen del Carmen, nuestra patrona. Pero nos falta ser más consecuentes entre los hermanos, porque hay mucha discordia a veces.
 
10. Hernán Pacheco (58 años, Maipú, casado, 4 hijos, profesor)

Si no fuera por la fe que tengo, en este minuto creo que no estaría en pie. Soy profesor y estoy cesante hace muchos años y con 4 hijos. En los momentos difíciles es cuando uno  tiene que refugiarse en la fe.

La Iglesia ha contribuido al desarrollo del país en muchas cosas. Si hacemos un análisis, solamente en cuanto a la creencia de un ser superior, no me cabe la menor duda que mucha gente por ese lado ha buscado su felicidad, su fuerza, la fe y su entrega y la esperanza. Pero si hacemos, por así decirlo, una subdivisión en el sentido de la agricultura, por ejemplo, yo veo que donde los campesinos sufren mucho, por lo general están los obispos y sacerdotes, dándoles fuerzas, ánimos.

En el mundo del trabajador en general, los obreros, la Iglesia ayuda. Creo que sería mucho más fuerte la confrontación entre empresario-trabajador, patrón-obrero, si no fuera porque la Iglesia ha influido mucho en mantener una cierta prudencia en lo que significa, por así decirlo, este drama. En ese sentido ha sido mediadora, calmando las aguas, defendiendo al más débil, al trabajador, al más pobre.

Esperaría, eso sí, que su voz se hiciera notar más fuerte a través de los medios de comunicación social. En algunos aspectos, como por ejemplo, en ser más drástico en la opinión misma de la Iglesia en cuanto a abusos que hay de toda índole. Pienso que a veces es como demasiado prudente, demasiado suave.
 
11. Alejandro Carvajal (45 años, Machalí, casado, maestro mueblista)

De la Iglesia lo que siempre he esperado es vivir cada día en una comunidad que viva los valores cristianos, la caridad, el amor, que es la entrega mutua de cada día de darnos el amor que Cristo nos enseñó. Lamentablemente cada día cuesta más vivir eso porque somos muy apegados a nuestras individualidades, a nuestros egos personales.

La Iglesia siempre mantiene viva la esperanza y la fe en que unidos vamos a construir un mundo mejor. Con la ayuda de nuestro Señor tenemos esa esperanza. Cada día hay que mejorar tantas cosas, desde los que somos catequistas, de los que vamos a misa, los fieles, desde nuestros curas.  
 
12. Herminia Llanos  (64 años, casada, 5 hijos)

A estas alturas sin la Iglesia yo no podría tener ninguna felicidad. Soy catequista, participo mucho y no puedo vivir de otro modo. Creo que tenemos que pedir perdón por lo nuestro y por la iglesia, ya que todos somos parte del cuerpo de la Iglesia. Yo tendría que pedir perdón tal vez por no haber orado suficiente, porque es la oración la que mueve las cosas.
 
13. Verónica Pérez (Ñuñoa, soltera, Pastoral mapuche de Santiago)

Solamente pedimos que nos den el espacio y nos conozcan, que conozcan sobre nuestra cosmovisión, nuestro idioma, nuestras costumbres, porque es algo que nos puede enriquecer a ambas partes. O sea, hacer un puente entre dos mundos. Yo siento que esto la Iglesia lo ha hecho en muy baja medida y creo que es por un desconocimiento de los temas indígenas. Entiendo que hay muchas áreas en las que ocuparse y que no dan abasto los consagrados y poner el tema indígena que es transversal es complicado, pero hacerlo enriquecería mucho a la misma Iglesia.

Un ejemplo es que nosotros, los hermanos mapuches, cuando nos levantamos, saludamos a la salida del sol, damos gracias por lo del día anterior y pedimos una energía nueva para caminar ese día. Tiene que ver con eso. Todos hemos hablado de los mineros rescatados y damos gracias a Dios pero nadie ha dicho gracias a la madre tierra que los cuidó y los protegió y los dejo salir. Hay otra visión.