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Edición NÚMERO 58
Diciembre 2011

A un año de la tragedia, cárcel de San Miguel surge renovada de entre las cenizas

Un cambio significativo en las instalaciones de la cárcel de San Miguel y una nueva relación entre Gendarmería, internos y familiares marcan una positiva tendencia, a n año del incendio en ese penal, que cobro la vida de 8 presos. El recinto recibirá en los próximos meses a mujeres y la actual población masculina será derivada progresivamente a otros penales.

Los detalles de esos cambios los entrega el jefe de esa Unidad, comandante Ricardo Quintana, en la siguiente entrevista.


¿Cuáles son los cambios en la estructura de la cárcel de San Miguel?

Son cambios históricos, que comenzaron en  marzo de este año:
Se está construyendo una escuadra (dormitorios) para el personal.
Se construye una piscina para acopio de agua en caso de falta del recurso en un incendio.
Están terminando los trabajos de reparación completamente  la red seca.
Se levantan nuevas oficinas para los profesionales del área técnica, que trabajaban en el subterráneo, sin luz natural. Se trata de psicólogos, asistentes sociales, terapeutas, profesores.
La torre 5, que se incendió el 8 de diciembre de 2010, está siendo totalmente remodelada. Los colectivos (dormitorios comunes) en los cuales dormían 100 internos, se convirtieron en módulos para un total de 32 internos, 4 por módulo. Más adelante se hará la misma remodelación en las otras tres torres.
En la torre 1 habrá una escuela, una sala cuna para las madres internas y un venusterio, en reemplazo de las precarias carpas hechas por los internos con frazadas durante las vistas para tener un momento de intimidad conyugal.
Se pintaron todos los muros externos del penal, color “verde esperanza”.
Se hará un memorial en el muro externo del penal, en homenaje a los 81 muertos, que se descubrirá el 8 de diciembre próximo.


¿Qué opina de la idea de los familiares de las víctimas de hacer  de la cárcel de San Miguel un penal modelo y de ser parte ellos del mejoramiento del sistema Carcelario?

Yo comparto plenamente la inquietud. Vamos a tratar de que las personas que habiten en este penal salgan siendo mejores personas. Que quieran participar en este proceso me parece un gesto muy loable, después de actitudes violentas de rechazo, malestar y odio. Siempre fue mi inquietud tener contacto con los familiares de las 81 víctimas y en un momento equis lo logramos. Empezamos a trabajar en conjunto para vivir los tiempos de dolor y duelo. Ellos están visitando las cárceles para sensibilizar al resto de la población penal que está en las otras unidades sobre el significado que tiene el 8 de diciembre para ellos, que es una fecha de recogimiento, de fraternidad. Que nosotros, como administración penitenciaria nos preocupemos de la población penal ese día con actividades recreativas y deportivas, que el común de los mortales sienta que dentro de las unidades penales también hay personas, que no son como antes, un vertedero humano, que hay posibilidades de rehabilitación y que los internos no vean en el futuro la delincuencia como una opción.


Los familiares han propuesto que el 8 de diciembre sea declarado el día del interno, ¿qué le parece la iniciativa?

Está así levantada la idea, debemos entender que es un día feriado, el día de la Inmaculada Concepción, y nosotros, con la venia del mando institucional, estamos pensando si la administración penitenciara lo levanta internamente como el día del preso. Sería bueno, sin duda. Ha habido un mejoramiento notable en la relación de Gendarmería tanto con los internos de San Miguel como con sus familiares.

Fui con familiares de las víctimas a la torre 5 a un momento de recogimiento, en el que una de las mujeres me dijo: ‘Comandante, muchas gracias’, y nos dimos un abrazo. De ese dolor del familiar de haber perdido a un hijo allá arriba hay una mirada sensible hacia el gendarme.

¿Qué espera a las mujeres que lleguen a este penal?

Aquí había  casi 2 mil presos, en adelante, habrá 700 mujeres. Las que lleguen aquí tengan la confianza de que van a llegar a un lugar que les va a ofrecer las mejores condiciones de habitabilidad, de confort y de trato. Si bien es cierto que son imputadas, haremos los esfuerzos necesarios para que reciban una buena oferta programática en distintas acciones, encaminadas a que ellas dejen de lado el delito y se preocupen de sus familias y sean mujeres útiles  a la sociedad. Esa es nuestra obligación moral como Estado, como sociedad y como Gendarmería de Chile. Nos vamos a preocupar de que dejen de lado su historia delictiva.