Enero 2010 / NÚMERO 35

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Rodolfo Núñez, codirector de Licenciatura en Estudios Pastorales, Facultad de Teología de la PUC. Doctor en Psicología
La amistad es un gran bien para la sociedad y las personas

¿Cómo define usted la amistad?

Hablar de amistad es hablar de una condición humana que está basada en la confianza. Amistad es confianza. Desde esa perspectiva la amistad es una relación basada en la confianza que permite construir sociedad. En categoría cristiana diríamos que permite construir comunidad, inicialmente, y las comunidades construyen sociedad.

Las primeras corrientes de simpatía entre las personas dan espacios a que progresivamente se construya una amistad, vale decir, que se intercambien confianzas, compromisos, y en el caso más avanzado de la amistad, se intercambien pertenencias. Una profunda amistad es una aceptación recíproca de pertenencia mutua. Si a su gran amigo le pasa algo a usted le duele como si le hubiera pasado a su familiar más cercano. Usted le pertenece a ese amigo y él le pertenece a usted. Es una vinculación, en su expresión mejor lograda, donde los sujetos deciden explícita o implícitamente que se van a pertenecer unos a otros. Entonces, los amigos se acompañan en los éxitos y en los fracasos, sus hijos son como los hijos del otro. Hay una corriente de amor que circula cuando la amistad está bien lograda. La amistad es un gran bien para las personas y para la sociedad.

¿Hay diversos niveles de amistad?

Al principio uno puede hablar de un encuentro de simpatías, las personas se observan como interesantes unos para con otros, se sienten atraídos, en el mejor sentido de la atracción, de contraer vínculos, mostrándose unos a otros. Sobre esa primera corriente de simpatía se va estableciendo un segundo nivel, que es de confianza, que se va probando a través de múltiples intercambios. La confianza, en la medida que se va haciendo más fuerte, va permitiendo que se establezca la amistad.

¿Tiene algún riesgo una amistad muy profunda?

Fundamentalmente el riesgo de que uno de los amigos no esté as la altura del afecto que se ha desplegado, falte a esa amistad, la traicione.

¿Cuál es el efecto de esa traición?

La pérdida del amor, entendido el amor en su expresión de amistad. En cuanto alguien rompe eso, rompe el vínculo del amor. La traición de un amigo es tremendamente dolorosa, porque tiene que ver con una estafa emocional, un robo del amor que existía en esta amistad. La amistad es una cosa muy seria, muy importante. No estamos hablando de corrientes de simpatía que circulan entre todos nosotros. La amistad propiamente es cuando las personas se comprometen, se donan, se pertenecen recíprocamente. Hay una cosa muy hermosa en la amistad y es que no está constreñida ni por categorías espaciales ni por categorías temporales. Pasan diez años que usted no ha visto a su amigo, se juntan, se abrazan y es como si hubieran estado conversando el día de ayer. La amistad no estaba restringida ni al tiempo ni el espacio. Es como el amor, que es una constante.

Además, las amistades son gratuitas: usted se junta con un amigo, se toman un café o una cerveza y después en casa le preguntan de qué conversaron y usted se pregunta “de qué conversamos? Es decir, el encuentro de amigos es gratuito, no es funcional, no es a propósito de nada en particular, sólo el propósito de estar juntos.

¿La amistad es transversal a las barreras sociales, económicas, políticas, etc.?

Efectivamente, la amistad es independiente de las categorías de división que los humanos articulamos. Un amigo es capaz de participar de la relación contigo aun cuando haya puntos de vistas sobre determinados temas que sean distintos. Salvo que haya choques valóricos profundos. En ese caso no se podría avanzar en esa amistad, porque al haber choques profundos valóricos la cadena de confianza queda rota. Por ejemplo, que alguien estime que es lícito relacionarse con el resto en base al robo o el asesinato o la estafa. Yo no podría establecer con él una relación de amistad salvo que yo también estime también que es lícito establecer este tipo de relaciones.

Podemos tener matices de diferencia y qué bueno que haya esos matices, porque una amistad basada en la uniformidad es muy lamentable, yo le agradezco a un amigo que respecto de una misma situación piense distinto, porque eso me enriquece.

La amistad es un bien que es necesario estimular y lo que se estimula son redes de confianza, de pertenencia, de vinculación.

¿Qué beneficios concretos aporta la amistad a la sociedad?

Aporta la posibilidad de construir entre todos la realidad; la posibilidad de que se enriquezcan las miradas de quienes son amigos. Ningún sujeto es capaz de recuperar la realidad en toda su complejidad. Nadie puede mirar una misma situación en toda su complejidad, eso no es posible. Si alguien lo dice así está padeciendo de megalomanía. La amistad te muestra otros matices de la realidad, aporta la capacidad de poder construir entre todos una manera de vivir que nos haga más felices. En el plano de la fe, que podamos construir el Reino en el menor tiempo posible. La amistad es uno de los vehículos por excelencia que permite trabajar en la construcción del Reino (de Dios).

¿Qué piensa de la afirmación de Jesús que dice: “Ya no los considero siervos sino amigos”?

Significa “Yo los considero en igualdad de amor para conmigo”, lo que es un tremendo honor y un tremendo regalo; en el amor las personas se igualan, en el amor las personas se hermanan, esa frase de Jesucristo significa que el amor nos ha igualado, nos ha encontrado, “yo confío en ustedes y ustedes confían en mí”. Un amigo de verdad se la juega por su amigo.

¿Se da el lazo de amistad entre los miembros de un grupo?

Sí, pero se requiere de un nivel de desarrollo humano muy alto, porque como lo que está circulando es un bien muy preciado, que es el bien del afecto, del amor, si hay sujetos muy carenciados de ese bien en algunos casos se producen fenómenos de celos, de envidia, de competencia, entonces la amistad grupal en algunos casos los inseguriza. Pero tiene que ver con sus propias carencias, no con que la amistad no pueda existir.

¿Se puede llamar a mistad cuando el objetivo que los reúne es sólo circunstancial, como juntarse a beber o a jugar fútbol, por ejemplo?

Creo que es una forma de amistad distinta, una amistad en términos de compañero de aventura, de juegos, de diversión, que no es lo mismo que compañeros de vida. A mi juicio, la amistad mejor lograda es en la que el amigo es tu compañero de vida. Usted se deja aconsejar, influir por el otro, cambia sus decisiones a partir del diálogo con el amigo. Ese es un compañero de vida, porque, en el fondo, está ayudándole a construir La manera en que usted entiende el mundo y la manera en que usted se comporta en el mundo. Cuando uno tiene un amigo gana mucho, se enriquece.

¿Qué opina de la forma de hacer amistad a través de la Internet, el facebook, el chat?

Yo diría que ese es más bien un espacio de encuentro entre personas. Son redes sociales que son el medio, pero no el objeto en sí. A partir de esos medios se podría construir amistad, pero si alguien cree que el medio es el fin entonces se perdió. Esto suele pasar, pero en las personas muy solitarias, muy carentes.

¿Es peligroso el uso de esos medios para trabar contacto con personas desconocidas?

Yo creo que no es peligroso, lo que es peligroso es que los adolescentes no hayan generado lazos de compromiso y de sentido con sus padres, sus hermanos, sus profesores y los que actúen como factores protectores. En un adolescente solitario que padece un abandono psicológico casi cualquier cosa es peligrosa. El peligro no está en el medio, sino en que ese chico ha sido descuidado por quienes tenían que acompañarlo.

¿Hay mucha soledad hoy en las personas?

Lo que pasa es que si no se privilegian formas de vivir que permitan el encuentro entre personas va a surgir la soledad; y si se privilegian formas de vivir asociadas directamente a la productividad y al logro económico, que dejan poco espacio para el encuentro entre personas, por supuesto que va a surgir la soledad. La soledad es el resultado de una forma de vida menos reflexionada, donde el sujeto empieza a participar inconscientemente de fórmulas de relación que le dejan menos espacio a sus vínculos afectivos y termina siendo capturado por un modo de vivir donde el logro económico y la productividad se vuelven en un valor en sí mismos. Nuestra sociedad actual genera condiciones de vida más solitarias en todos aquellos que permiten ser capturados por un estilo de vida en el que el éxito económico y la productividad se convierten en un valor por sí mismos.

¿Se puede lograr una amistad sana a partir de una búsqueda frenética de amistad por parte de una persona carente de ese afecto?

No. Habitualmente eso termina agotando a quien decide ser el compañero, porque esa carencia es imposible de satisfacer desde afuera hacia adentro. El movimiento es interno. Esa persona tiene que disponerse a sanar sus propias heridas, a completar sus procesos internos y en esa medida en la relación con los amigos no sólo va a recibir, sino que también va poder aportar.

¿Qué le sugiere la palabra “amigotes”?

“Amigotes” son sujetos que se reúnen exclusivamente en base al goce, generalmente asociado la ingesta alcohólica, largas permanencias en fiestas, cosas de ese tipo. En ese caso, la experiencia del encuentro se agota en el encuentro mismo y no permite un desarrollo en otros planos de la condición humana, como el plano de la reflexión, del desarrollo, de la construcción de una mejor sociedad.