Enero 2010 / NÚMERO 35

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María Margarita Reyes Donoso, Directora ejecutiva de Clínica Familia.
Acompañar para trascender

-Por lo general la muerte de un familiar destruye a una familia

Esto no pasa, si tú te fijas a pesar de que el caballero con el que acabamos de estar; él está agónico, pero la hija tiene cara de paz y él también. Pero lo hubieras visto cuando llegó… no estaba tan tranquilo. Pasó por periodos de tranquilidad, periodos de agitación, por distintos procesos hasta llegar a ver el proceso de la muerte como un proceso natural.

Acompañar a morir, a una familia, educándola en el proceso de la muerte, en lo espiritual, en los síquico, en lo físico, es decir, integralmente. Se fortalece. A través del libro “Crecer y Trascender, la educación es la que permite construir la persona, la familia y la sociedad”, que es mi tesis doctoral, se muestra un estudio de un seguimiento de 6 meses posteriores a la muerte que lo comprueba.

La familia queda fortalecida porque además hace un cambio de jerarquía valórica. Queda una familia más unida, con valores distintos a los de antes.

-En la clínica, ¿todo es voluntariado?

Somos dos personas las que no, pero en el fondo se han incorporado a los principios, a la filosofía del voluntariado.

-Esa filosofía, esos principios, ¿se aplican a las personas que asisten a los pacientes…?

La capacidad es para 40 pacientes, pero no tenemos más de 20 a 25 pacientes hospitalizados por una cosa de recursos y de demanda, tratamos de mantenernos con eso y de educar a los pacientes y de educar a la familia con el enfermo pueda morir en su casa también.

-Las personas que están acá….

Lo que mueve un poco el voluntariado acá es el servir y no ser servido, ese es el lema, que tiene una filosofía en el pensamiento de Jesús, en el lavado de los pies, yo vine a servir y no a ser servido…. Eso es súper importante para nosotros como motivación, entonces la gente que viene acá viene a servir a Cristo en cada enfermo. Ahora, ese servicio se hace con un modelo profesional, no basta sólo la voluntad sino que el voluntariado tiene que tener una formación permanente y un cuidado de la persona. Esta formación implica el aspecto espiritual, el aspecto síquico y el aspecto técnico también, de salud, de lo que se está avanzando, de saber lo que está pasando con la patología del enfermo.

-¿Cuál es la palabra correcta?

Quizá es el enfermo físicamente incurable. Creo que es lo más adecuado, porque el modelo es integral, que considera los aspectos espirituales, sicosociales y físicos, todo está interrelacionados dinámicamente –no son multi sino que son inter- y la diferencia es que cada persona puede trasmitir el modelo y para que yo pueda trasmitirle un cuidado al enfermo, yo tengo que tener una preocupación por mi espiritualidad, por mi aspecto físico, para yo no ir a contaminarlo con mi angustia, con mi preocupación, etc. Entonces el modelo al paciente y a la familia, también pasa por aplicárselo a uno mismo. Si uno no logra hacer eso, el voluntariado o se va a ir, o se va a deprimir, o se va a complicar, o van a aparecer los problemas que todos tenemos y no va a funcionar.

Aquí hay 25 pacientes; ambulatoriamente hay más de 3 mil pacientes, que son visitados de acuerdo a su evolución, bueno casi todos esos pacientes son crónicos y son muy pocos los terminales en la casa; la mayoría son crónicos de sida o cáncer u otras enfermedades. Los que estamos visitando casi todas las semanas deben unos 50 pacientes, todos en Santiago. Y ellos sí ellos están en la fase terminal, de cuidados paliativos.

-¿Entre todo este voluntariado hay especialistas de salud?

En este modelo son 4 valores que son centrales: el valor de la familia, el valor del sufrimiento (que siempre le damos un valor negativo y no le damos el valor que tiene), el valor de la dignidad (entendida aquí como ofrecer el mejor servicio, amor, profesionalismo), y el valor de la persona y la vida, valor en el que se inserta el modelo integralmente.

Es bien importante pensar que lo espiritual no es sinónimo de lo religioso, que aquí llegan muchos pacientes que no son creyentes y también de otras religiones. Nuestro servicio o nuestra misión es ofrecer un modelo integral a todos.

Y en general no hemos tenido restricciones con los voluntarios… aunque terminan siendo católicos….todos son creyentes de todas maneras, difícilmente va venir acá a ofrecerse como voluntario alguien no creyente.
No cubrimos sin duda la necesidad de cuidados paliativos que hay, cubrimos una parte pequeña. La idea es trasmitir el modelo y formar gente.

Somos alrededor de 100 voluntarios.

La formación es permanente, pero un voluntario inicia su formación… A los dos años más o menos un voluntario está bien formado y puede continuar formándose, porque la idea del contexto tiene que ver con este valor de la muerte asociado con la vida y no con esta cosa oscura, terrible de la muerte, sino que asociaciado a la resurrección, que es vida.

Por eso hay luz, hay plantas, hay hortalizas que los mismos enfermos a veces pueden plantar, animales.

-¿Pueden pintar?

Pero eso es más parte del tratamiento síquico, hay pacientes que les cuesta mucho expresar sus emociones. Por ejemplo, el que vimos, estaba muy cerrado, muy negado. Logré que hiciera un dibujo porque él era del club hípico de esos lados y dibujó un caballo. Se usa el dibujo mucho como sicoterapia, como una manera de expresar las emociones.

-¿Y el Centro de Escucha, en qué consiste?

Es una extensión de la clínica que se construyó después que fue producto de cuando nos dimos cuenta de los logros y avances que se habían tenido con las familias, producto de los beneficios que vimos en las familias, de este cambio en sus valores, de este reencuentro familiar que había, y entonces quisimos o el padre quiso ofrecer algo a la comunidad. Entonces tomando como base las virtudes de la clínica. Entonces al centro llegan familias no con enfermos terminal, sino con problemas habituales, maltrato, drogadicción, problemas escolares. Entonces es abierto a la familia, a otros problemas, y se les acoge.

Son de los mismos voluntarios, porque a algunos les gusta estar más allá (de la clínica) o más acá.

-¿Y ambos son abierto a las personas de escasos recursos solamente?

No. Aquí todo es abierto a todo. La restricción aquí no es… la pobreza no es vista aquí tanto por la parte económica sino principalmente por lo espiritual y eso es independiente de la plata.

-¿Se cobra?

La clínica es gratuita, algunos familiares dan donaciones, pero no se cobra, ni la pensión que ellos tienen, ni nada.

-¿Y ustedes necesitan más voluntarios?

¡Sí! Tienen que llamar al 2881506, inscribirse en el curso de voluntarios que se hace 3 veces al año, básico de voluntariado para ver como la motivación y la gente que queda seleccionada ingresa a todo el proceso de capacitación y se parte con visitas a enfermos en domicilio, acompañar al paciente y a su familia en su realidad. Y después se van incorporando, de acuerdo a la necesidad que hay en la clínica, a los turnos, a otras actividades de la clínica.

El voluntario acá, aparte de tener un apoyo técnico, de los avances que se van haciendo en salud, hay una sesión de sicoterapia a la semana para cuidar al personal y hay trabajos espirituales permanentes que es una manera de irse formando e irse enriqueciendo, porque la capacitación tiene que ser continua e integral.

-¿Requisitos?

Tener la voluntad de servir es el principal requisito. También se valora mucho tener comunión con la propia familia, es imposible dar lo que uno no tiene, entonces… ninguna familia es perfecta, pero la idea es tratar reencontrarse con los de uno antes de tratar de reencontrar a los pacientes con los de ellos. Entonces eso es una cosa importante. Y tener ciertos valores: el de la vida, la dignidad…

-¿Y nivel cultural?

Súper heterogéneo de escolaridad básica a gente con doctorados.

Hay seguimiento del voluntario, autoevaluación anual y se ve en grupo que superar de acuerdo a ciertos criterios.
Esta clínica partió el año 97, pero antes había estado funcionado 11 años en Caritas Chile con los enfermos ambulatorios, o sea se daban cuidado paliativos ambulatorios. O sea, tenemos 23 años.

Partió con el VIH pero el 2000 la asociación internacional de cuidados paliativos nos acreditó como un centro de referencia de Latinoamérica y entonces somos reconocidos como un centro de cuidado paliativos.

En chile es la única con clínica. En los servicios de salud hay ambulatorios y muchos de esos nos llegan acá
Es muy importante, morir en la casa, como también tener un lugar donde tenerlo… en un ambiente se relajan y pueden participar de este proceso dignamente, en armonía…

Pueden venir los niños, para que también participen, vienen dibujan, despiden a la mamá, al tata, y los niños se quedan con una imagen positiva de la muerte y no eso terrible.