Edición NÚMERO 47
Enero 2011

Acceso de los más pobres a la universidad: tarea para largo plazo 

Un profesor y una alumna entregan su parecer del actual sistema educacional, a la luz de la reciente Prueba de Selección Universitaria.

 

Los resultados de la PSU 2010 ratificaron la brecha que existe entre los más adinerados y los más pobres para llegar a la educación superior. Acerca de este tema hace una reflexión el Padre Tomás Scherz, profesor de filosofía en la UC y vicario de la Pastoral Universitaria: “El resultado de esta PSU es una expresión sintomática de que el proceso de la reforma de la educación debe atender algunos aspectos que tal vez no son considerados, que es la calidad en la educación pública, pero también la integración, la capacidad de tener algunos criterios comunes en la formación, porque uno puede resultar un excelente matemático, pero no necesariamente un buen humanista. La instrucción para la PSU puede ser muchas veces una cosa técnica que no necesariamente es expresiva de una buena educación”.

“Las universidades hoy día están apuntando a una especie de  profesionalismo elitista. Pareciera que el criterio que ya se está insinuando para entrar a la universidad es el éxito profesional en términos de rentabilidad hacia el futuro. Y pareciera que hay que agregar otros elementos para poder hacer estimulante una carrera humanista, entre ellas la del educador. Eso se demora mucho más y tiene que ver con el concepto de universidad. La idea de mejorar a los educadores no se puede implementar de un día para otro”.

“Me parece interesantísimo que como medida inmediata se ayude al financiamiento de carreras como la educación, es un estímulo grande. Pero la institución universitaria necesita preguntarse por cosas más humanistas, quién es el hombre, a dónde va”.

 

Tener una motivación profunda para estudiar

María José Viedma González tiene  tres hermanos y sus padres, Benedicto y Marisol, son profesores del mismo colegio en que estudió, “Arzobispo Crescente Errázuriz”, de Puente Alto. Obtuvo 850 puntos en Matemática; 807 en Ciencia y 794 en Lenguaje. Estudiará Enfermería, con  especialidad en Obstetricia.

 

¿Por qué te mantuviste en este colegio?

Siempre he tenido buenas notas y mis papás me ofrecieron cambiarme a un colegio “emblema tico”, pero elegí quedarme en uno de éstos (de la Fundación Belén Educa) por esta mirada distinta que tienen, por una cercanía más personal. No soy en mi colegio la número 32 de la lista del curso, yo soy la María José. Hay una cercanía especial que uno no encuentra en cualquier parte.

 

¿Hubo otros buenos puntajes en  tu colegio?

Les fue bien. La mayoría sacó entre 600 y 700 puntos, que les alcanza para lo que querían ellos.  Tengo un amigo que entra a Ingeniería.

 

¿Qué es necesario para que alumnos con menos recursos accedan a la universidad?

Profesores que tengan vocación. Escuchaba al ministro que decía “necesitamos que los puntajes nacionales estudien Pedagogía”. Yo creo que no es eso, sino que las personas que tienen vocación para la pedagogía estudien Pedagogía. Es una cuestión de conciencia, poder transmitir no sólo a los profesores, sino a los estudiantes, que sí se puede, pero por algo. Más que estudiar es por qué estoy estudiando. Tener una meta, un objetivo y responder a algo grande.

Yo soy muy católica y esto me marcó mucho, como el responder a este amor que se me entrega gratuitamente y cómo respondo en el día a día. Es una cuestión de conciencia, porque capacidades hay en todas partes. Si los colegios municipales no tienen más puntajes nacionales no es porque no haya más capacidad en los niños que estudian allí. También cómo nos miran los profesores. Mis profesores me miraron y me dijeron: “Tú puedes hacer esto”. Cuando te miran y ye dicen “tú  sí puedes, tú eres grande, tú vales, empiezas a creértelo.

 

¿Es importante multiplicar experiencias como las de la fundación Belén Educa?

Sí, si se están logrando cosas aquí es por algo. Hay que poner atención a estas experiencias. Que otros colegios tomen este mismo espíritu y esta misma conciencia.