Febrero 2008 / NÚMERO 12

volver

María Alicia Cabezas:

Volver a vivir

María Alicia Cabezas (51 años, soltera) fue la persona que, por la intercesión del Padre Hurtado, se recuperó de sucesivos derrames e infartos cerebrales. Su caso sirvió para que el jesuita fuera beatificado el 16 de octubre de 1994 por el Papa Juan Pablo II.

Cuéntenos cómo operó el milagro en usted por intercesión del Padre Hurtado

Por años sufrí de jaquecas que nunca me traté, esto comenzó el 25 de julio del año ’90, cuando estaba haciendo mis cosas habituales. Trabajaba como asesora del hogar en ese tiempo, sentí que algo helado me corría detrás de la oreja derecha y de ahí no me acuerdo más. Todo lo que viene es lo que a mí me contaron. En ese momento me llevaron al Hospital El Salvador y luego al de Neurocirugía, quedé internada y el médico no dio ningún diagnóstico porque podía pasar cualquier cosa. Me podría haber muerto ese mismo día o al día siguiente. Quedé en la UTI y estuve dos semanas más. En ese tiempo tuve dos derrames cerebrales masivos más. Luego de eso me vienen dos infartos cerebrales, que yo ni sabía que existían. Seguía en estado grave hasta que el director de neurocirugía de ese tiempo sugirió desconectarme de las máquinas porque había declarado muerte clínica y consideraba que la medicina había agotado todas sus posibilidades.

El 17 de agosto el Colegio San Ignacio El Bosque hacía una romería hasta la tumba del Padre Hurtado y la persona con la que yo trabajaba en ese tiempo se desempañaba en el colegio. Se hizo la romería, se celebró la Eucaristía a las 12:00 horas en la tumba y se me encomendó especialmente al Padre Hurtado. A las 15:00 horas, cuando la doctora jefa pasó haciendo su visita de rutina a los pacientes se dio cuenta que yo, extrañamente, no tenía fiebre. Empieza a retirar las máquinas y se da cuenta que empiezo a respirar por mí misma. La doctora estaba muy sorprendida. Así empieza mi recuperación desde el día en que me encomendaron al Padre Hurtado. Dice la doctora que abrí los ojos y moví las extremidades. Yo no recuerdo nada. Tal fue la sorpresa de la doctora que me saca de la UTI y me lleva a sala común. Me sigo recuperando hasta el 25 de septiembre cuando me operan para suturarme la arteria rota.

Cuando me dieron de alta, el 10 de octubre, me di cuenta de lo que había pasado. Uno empieza a valorar mucho más todo lo que hay en el entorno, el poder ver, expresare, ser autovalente, estar conciente de lo que pasó, de cómo podría haber quedado y, sin embargo estar bien, disfrutar y reírse es muy conmovedor. Uno está tan contenta de estar bien y poder seguir viviendo…En ese tiempo trabajaba y estudiaba, al año siguiente retomé mis estudios de técnico jurídico e hice una vida absolutamente normal. Gracias a Dios no he vuelto a tener problemas ni tengo secuelas.

 

¿Cómo fue la primera vez que visitó el Santuario después de su recuperación?

La primera vez que vine me trajo la señora María de los Angeles y fue muy conmovedor. No conocía la tumba del Padre Hurtado y me quedé mucho tiempo rezando. Sabía que el Padre Hurtado era el fundador del Hogar de Cristo y había visto su foto.  Siento su cercanía de manera muy fuerte cuando me arrodillo a orar y siento a Dios muy cerca, estoy convencida que Dios es Padre y que Dios me ama. El más que nadie quiere el bien para ti y El más que nadie ama como el mejor de los Padres.

 

¿Hubo un antes y un después para su vida espiritual?

Hubo antes y después, sobre todo en el convencimiento que Dios te ama y está siempre contigo. Al año siguiente me recibí de técnico jurídico y empecé a procurar en el Hogar de Cristo. Quise agradecerle al Padre Hurtado y después se dio la posibilidad de cumplir funciones administrativas en el Santuario y acepté. A veces me toca recibir personas que quieren conversar conmigo, son personas que pasan por una situación difícil y que necesitan mucho afecto también. Trato que se vayan con un alivio, que sientan que venir acá les ayude a aliviar sus aflicciones. Quien más que El quiere el bien para ti. El punto es que el bien que quiere Él para uno no siempre es lo que uno quiere. Ahí donde se producen los descalabros, por así decirlo.

 

¿Se ha preguntado por qué a usted?

Por qué a mí. El Señor lo hace a quien él quiere hacerlo. Me tocó a mí no sé por qué…por méritos tengo claro que no, si es por eso estaría más que sonada.

A veces me encargan rezar por alguien y encargárselo al Padre Hurtado. Creo que él es un excelente puente hacia Dios. Pero no siempre le pido al Padre Hurtado, sino que le pido directamente al Señor convencida que está conmigo, que me escucha y que más que nadie sabe la situación de la persona que está sufriendo.

 

¿Siente responsabilidad por haber recibido un milagro?

Sin duda es una responsabilidad muy grande haber sido beneficiada con un milagro, pero uno no puede vivir con el peso de la responsabilidad, porque si no, no vives con alegría y ni compartes lo que viviste.

 

¿Qué es lo que más le impresiona de la vida del Padre Hurtado?

De la vida del Padre Hurtado me impresiona la cantidad de cosas que hacía en tan poco tiempo. La capacidad que tiene de emprender y ejecutar cosas, y para estar con la gente confesándola, dándole dirección espiritual. Lo otro que impresiona es su trabajo social, la lucha por la clase obrera. Leyendo lo que escribió sobre justicia social hace más de 50 años uno encuentra que tiene plena actualidad. Eso significa que Chile no ha avanzado en eso. Por qué el obrero se desgasta tanto trabajando y no mejora su calidad de vida, ¡qué pasa ahí! Todos los empresarios hablan de justicia social, pero en los hechos…por qué vive como vive, a expensas de ganar lo que en justicia social al obrero le corresponde. Y eso tiene vigencia hoy al igual que hace 80 años.

 

¿Qué significado tiene el Santuario para la capital?

No sé si el santiaguino dimensiona lo que es tener el santuario del Padre Hurtado dentro de la ciudad misma. Es como tener un pulmón en Santiago. Este lugar es sobrecogedor y te invita a estar en oración por mucho rato.

Los invito a visitar el santuario porque, tal como dice el lema, es un encuentro con Cristo y tienes que venir convencido de encontrarte con el Señor a través del Padre Hurtado, su siervo, y que puedes encontrar alivio a la situación que está pasando, creer que el Señor está con uno, que el Señor la ama, que quiere su bien, pero también uno tiene que poner de su parte.

 

¿Siente que su misión en el mundo fue hacer patente la amistad del Padre Hurtado con el Señor?

Sí…y también la amistad del Padre Hurtado con las personas.

 

¿Cómo le gustaría que la recordaran?

Me gustaría que me recordaran como una persona feliz, una persona contenta, optimista y cercana a la gente.

 

¿Siempre fue así?

Eso fue después del milagro.