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Edición NÚMERO 60
Febrero 2012

Doris Valdés, Encargada de Cuaresma de Fraternidad de Caritas Santiago:

"En esta campaña invitamos a la conversión de las personas"

La Encargada de Campañas Solidarias y Emergencias de Caritas Santiago llama a sumarse a esta iniciativa.

¿Cuánto dura la campaña Cuaresma de Fraternidad 2012, cuándo empieza y cuándo concluye?

La campaña dura 40 días, empieza el Miércoles de Cenizas, que es el 22 de febrero, y termina el Domingo de Ramos, que es el 1 de abril, para dar comienzo así a la Semana Santa.

¿Cuál es el significado de esta campaña para la misión que realiza la Iglesia de Santiago?

Son muchas cosas. Primero que todo es una conversión, es un tiempo litúrgico que nos invita a hacer cambios que uno tiene que vivir, en el sentido de dar y darse a los demás y abstenerse de cosas para poder ser solidarios con el prójimo. Tiene que ver un poco también con reconstruirse uno mismo, pero hacerlo de corazón. Es una conversión general.

Para la gente que no la conoce de cerca, ¿en qué consiste la Campaña Cuaresma de Fraternidad 2012?

Una parte de esta campaña solidaria va dirigida a los cerca de 300 colegios católicos de la Arquidiócesis de Santiago que participan y aportan constantemente en la campaña. Para eso nosotros les llevamos materiales de Cuaresma, como los sobres y las alcancías para recolectar los aportes, ellos organizan actividades, compiten dentro de los cursos, y después nos hacen entrega de la donación de lo que juntaron en estos cuarenta días que dura Cuaresma de Fraternidad. Como este año esta campaña comienza el 22 de febrero y los colegios entran un poco más tarde a clases, se preocupan casi todo marzo de hacer actividades solidarias, de ser solidarios, de preocuparse por el otro. Por ejemplo, el año pasado tuvimos un colegio de Puente Alto que incluso salió a pedir a las micros, con su cajita de Cuaresma y que fue para nosotros un gesto muy lindo; se trata del colegio Monte Olivo, que específicamente está ubicado en una zona donde hay niños en una situación bastante vulnerable. Los alumnos de este establecimiento, que participaban por segundo año en la campaña, fueron muy solidarios, que precisamente es el espíritu de la campaña. Acercar la Iglesia a los jóvenes

¿Cuál es el énfasis de la Campaña Cuaresma de Fraternidad 2012?

Por tercer año consecutivo la campaña va dirigida a ayudar a jóvenes en situación de vulnerabilidad. Precisamente son los jóvenes los que nos dan el punch, la fuerza para todo este tipo de cosas, y son ellos también los que de pronto quedan más aislados del sistema. El joven está como saltándose etapas a veces, buscando experiencias y caminos nuevos, buscando algo que lo llene. Entonces, instancias como esta campaña sirven para poder vincularnos con ellos, acercarlos a nosotros y poder acercarlos a la Iglesia, hacer que ellos en el fondo también participen de esto y lo sientan de una manera muy bonita. Que ellos se animen a hacer cosas buenas, lo cual es una alegría y una conversión. Y, efectivamente, ellos participan mucho en esta iniciativa, se ponen la camiseta, y nos hacen saber que también son personas útiles a la sociedad, que no deben quedar excluidos y que pueden participar. Entonces hacen colectas en los colegios, donde los niños y jóvenes están en la edad precisa para hacerlos participar, hacerlos sentirse solidarios y saber que esta campaña además es precisamente para los jóvenes que más lo necesitan en este momento.

¿Cuál es la evaluación de la campaña Cuaresma de Fraternidad 2011 en Santiago, cuánta plata se recaudó, etc.?

En la Arquidiócesis logramos reunir más de $324 millones, lo que implica un aumento de 5,9% respecto al año 2010, por lo tanto fue positivo para nosotros. Ahora, yo habría preferido más, por metas que uno se coloca y porque uno siempre quiere ir más adelante. En ese sentido, la idea es que este año 2012 subamos más y que se incorporen más colegios también en la campaña. Por ejemplo, encantar más a la gente, a la juventud, haciéndola partícipe, contar más de qué se trata la campaña.

Los jóvenes beneficiarios de la campaña de este año, ¿de dónde son, están vinculados a las parroquias por ejemplo?

Nosotros nos relacionamos con las vicarías zonales, las que cuentan con grupos pastorales y otras instancias similares, los que nos hacen llegar proyectos o microproyectos a través de, por ejemplo, colegios y fundaciones. Nosotros participamos y nos vinculamos fuertemente con las diferentes zonas de la Arquidiócesis y las personas que trabajan en ellas, para presentar un proyecto o microproyecto que postula a ser financiado por la campaña Cuaresma de Fraternidad, tienen que tener la autorización del vicario de la zona o bien ser visado por el sacerdote de la parroquia, según el caso; ellos son los que autorizan los proyectos que nosotros vamos aprobando, viendo las necesidades a las que pretenden responder y evaluando obviamente también cuáles son viables y cuáles no.

¿Hay alguna evaluación de impacto de las campañas de Cuaresma de Fraternidad anteriores?

Es difícil dimensionar una evaluación de impacto, pero para nosotros es importante que conozcan lo que hacemos; ya el hecho de que vayan a misa o que tengan alguna relación con la parroquia o se inserten en ella, es bueno y puede considerarse un impacto positivo. El hecho de que los jóvenes digan por ejemplo 'acá tenemos que ayudar, tenemos que ponernos con la solidaridad, porque antes fueron solidarios conmigo y ahora hay otros que necesitan'. Por ejemplo el año pasado en una misa que hubo en el Santuario de Schoenstatt llegaron unos niños de un grupo de batucada que habíamos armado el año anterior; ellos querían participar, querían estar presentes, y eso es muy importante para nosotros, nos llena el corazoncito.

¿A cuántos jóvenes van a beneficiar este año?

El año pasado tuvimos cerca de 2 mil beneficiarios directos y más de 6.600 indirectos. Ojalá este año sean más, para nosotros sería muy bueno. El tramo de edad de los beneficiarios varía un poco, pero generalmente van desde los 14 a 21 años, aunque pueden ser hasta los 25.

¿En qué se gasta la plata en estos jóvenes beneficiarios?

En la ejecución de proyectos que se presentan en las respectivas zonas. Nos presentan los microproyectos con todo lo que van a realizar y después tienen que rendirnos eso, rendirnos para saber qué se hizo realmente; cómo se gastó el dinero, cuánta gente participó.

¿Qué tipo de proyectos son?

Son bastante variados; hay de reinserción social, como el destinado a ayudar niños de la calle que participan en una fundación que nosotros apoyamos. Estos niños, teniendo papás, están solos todo el día, porque sus padres tienen que trabajar, entonces ellos tienen indirectamente una situación de calle. A esos niños se les ayuda con una formación directa, para que puedan conocer realidades, valores y otros aspectos que ayudan a su integración. También hay proyectos que trabajan habilidades para la resolución pacífica de conflictos; para madres adolescentes embarazadas; y otros como la formación de batucadas como una expresión cultural y de integración social. Es una gama bien amplia, y generalmente tienen el sello de nuestros valores y cultura como cristianos y como Iglesia, con la idea de hacer de la Iglesia nuestra casa que nos acoge.

¿Hay un aporte en bienes materiales con los dineros que se recaudan, por ejemplo en alimentación para estos jóvenes?

Es que el microproyecto que se ejecuta lleva incluido todo, como desayunos y almuerzos para los jóvenes.

Los jóvenes beneficiarios, ¿son todos de estrato socioeconómico bajo?

Generalmente sí. A veces no sé si de estrato socioeconómico tan bajo, pero sí muy vulnerables y muchas veces demasiado agresivos.

¿Cómo puede aportar una persona si quiere aportar y no sabe cómo hacerlo?

La vía más directa es la parroquia del barrio, que es donde está el material; ahí pueden ir a buscar las alcancías y después obviamente entregarlas de vuelta con lo recaudado para hacer llegar a nosotros ese aporte. En los colegios, donde los niños pueden juntar los aportes en los sobres o las alcancías y participar en campañas internas, organizando competencias entre los cursos y entre los colegios. Y en forma particular nos encantaría que se incorporaran muchas más instituciones; ojalá también la empresa privada se hiciera parte de esta campaña, por ejemplo poder un día ir a dejarles la cajita para que pudieran hacer su aporte dentro de estos 40 días.

¿Y hay alguna cuenta corriente donde la gente pueda depositar su colaboración?

En la Arquidiócesis de Santiago en la cuenta corriente de Caritas 880-0 del Banco Santander. Doris, ¿qué mensaje le darías a la gente para que se motive con esta campaña de Cuaresma y se acerque a colaborar? En esta campaña invitamos a la conversión de las personas, a que la gente viva con la alegría de un cambio, que sea consciente, solidaria con el otro, que lo viva todo de corazón en el fondo. Son obras muy bonitas las que se pueden apoyar con sus aportes.