Julio 2010 / NÚMERO 41

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Padre Ángel  Viñas, director general del colegio San José SS.CC., de Sevilla:

“Somos un centro de Iglesia, y eso se nota en el día a día”

En esta entrevista el religioso da las claves del éxito educativo de este establecimiento fundado en 1956 y que atiende a cerca de 1.500 alumnos y alumnas.

 

¿Cuáles son las claves de la buena gestión del colegio que usted dirige?

Yo creo que la clave más importante de la buena gestión es que la Congregación de los Sagrados Corazones ha tenido claro desde un principio para qué quiere los colegios, es decir, cómo entiende su presencia en este ámbito, en que una congregación religiosa siga manteniendo un colegio hoy en día en Europa, en España, donde la enseñanza cada vez más está en manos laicas. En esa perspectiva, la congregación entiende que tiene algo que aportar, y eso significa una calidad en la enseñanza, una calidad en la docencia, en el acompañamiento a los profesores, en la respuesta a la familia, en el trato al personal del centro. Y todo eso, desde el Evangelio de Jesús; nosotros creemos que el Evangelio, llevado a la gestión diaria de un colegio, es lo que hace que éste sea un centro de calidad.

 

¿Qué características de la organización de este colegio destacaría usted y que contribuyen a su éxito educativo?

Yo creo que serían los siguientes elementos: En primer lugar, la presencia de una comunidad religiosa de nueve hermanos en el centro. Y segundo, el organigrama funcional de éste, es decir, el equipo directivo compuesto por religiosos y seglares, destacando los Equipos Técnicos de Coordinación Educativa (ETCE), cuya mayor parte la componen seglares. Los ETCE son la estructura básica, porque ahí la información fluye de arriba a abajo, de abajo a arriba, y también en sentido horizontal. Entonces ahí se permite que la información se transmita, que se reciban oportunidades de mejora, que se diagnostiquen los problemas, que se vean posibles soluciones, es decir, yo creo que son la columna vertebral, porque ahí es desde donde se influye en todas las acciones, de pastoral y todas las demás.

 

Actualmente en Chile uno de los ejes en torno a los que se da el debate sobre la calidad de la educación es el de la calidad de los profesores. En esa perspectiva, ¿qué características destacaría usted de los profesores del colegio que usted dirige?

Yo estoy muy de acuerdo con esa frase, creo que en la calidad de la educación juega un papel importantísimo la calidad del profesor, eso es fundamental. Yo creo que en nuestro centro hay varios elementos importantes del profesor. En primer lugar, una enorme identificación con la misión y la visión del colegio. Tenemos un cuerpo de profesores muy identificado, que sabe muy bien qué queremos, que sabe muy bien el suelo que pisa, es decir, que están en un colegio de Iglesia. Segundo, un cuerpo de profesores con un deseo de formación y actualización enorme, que se concreta en peticiones al equipo directivo de salir, de ir a cursos, de formarse; y a mí me parece que eso es una inquietud que pone de manifiesto un intento de responder con calidad. El tercer elemento que ya se ha metido en los hábitos y en las actitudes de los profesores es el trabajo en equipo, que es algo que ya funciona en el colegio en todos los niveles. Eso también incluye por cierto al equipo directivo, en el cual la dirección entiende que hay una corresponsabilidad en la toma de decisiones, aunque, evidentemente, el director no somos diez ni seis, el director es el que es. Pero el trabajo en equipo es algo fundamental en el colegio, y eso hace que no haya francotiradores, es decir, profesores que ‘vayan por fuera’, o que se sientan iluminados con cuál es la respuesta, sino profesores que educan desde el claustro, o sea, desde el conjunto de profesores, porque educa no un profesor en particular, sino el cuerpo de profesores, y eso es fundamental.

 

¿Ustedes financian capacitación permanente de los profesores? 

La capacitación del personal nosotros la tenemos por varios cauces. El primero es del centro con sus propios recursos, donde parte del presupuesto lo destinamos a este fin. Nosotros en cinco años, proporcionalmente, hemos pasado de dedicar dos euros a la formación, a 40 euros, en recursos directos a este ítem. Después, la Asociación Católica de Padres de Alumnos financia formación de los docentes; esta asociación está tan implicada en que el profesorado se forme, que da un dinero a los docentes que van a la formación, es decir, pagan parte de ella. Y en tercer lugar, nosotros llegamos a un acuerdo con la administración educativa y con la Conferencia Episcopal, con la Confederación de Religiosos, para propiciar cursos de formación en que, o los recibimos o los damos, y por lo tanto también genera formación y recursos para los propios profesores del centro.

 

Familia y escuela, unidas en la educación

¿Cómo se inserta la familia, y los padres específicamente, en la labor educativa del colegio que usted dirige?

En varios niveles. Como he dicho, la Asociación Católica de Padres de Alumnos está muy presente en la actividad diaria del centro. Esa asociación católica tiene una escuela de padres -donde también participamos nosotros-, de formación para los propios padres en los ámbitos pastoral, tecnológico, educativo. Esa es una iniciativa muy importante. Segundo, nosotros a los padres les pasamos todos los años una encuesta con preguntas abiertas y cerradas para que nos digan cómo ven el centro y qué quieren de él, y respondemos a eso. Tenemos reuniones con ellos tres veces al año, en las que le decimos lo que el colegio quiere, lo que necesitan ellos de nosotros y dialogar sobre las iniciativas del establecimiento. Nosotros entendemos que la educción es tan difícil, y en España es muy difícil que, o entre todos avanzamos y nos empujamos mutuamente para educar a los niños, o es imposible. Nosotros sabemos que sin la familia no podemos hacer nada, y creo que la familia también es consciente de que nos necesita, y por lo tanto yo creo que de la sinergia de nosotros va surgiendo la propuesta educativa, en que implicamos las acciones dirigidas a los padres, celebraciones para ellos, grupos de adultos. En fin, un montón de iniciativas para que los padres cuiden también su fe, cuiden su formación para poder ayudar en la educación de sus hijos.

 

Y de tal modo los padres se involucran activamente en la educación de sus hijos…

Pues mire, nosotros estamos contentos. Creemos que se podrían implicar más, hay un grupo de padres que están mucho más activos y un grupo de padres que diríamos que pasa, se dice aquí, es decir, que no se implica en el tema. Pero nosotros, dentro del plan de acción tutorial, queremos aprovechar las reuniones que tenemos tres veces al año con los padres para ahí ver temas de formación con ellos, y los padres nos han dicho ‘sí, cuenten con nosotros’. Y ahí hay algo importante, porque a esas reuniones trimestrales que tenemos viene el 90% de los padres, porque vienen para saber cómo van las notas de los niños, para saber cómo va la clase. Entonces, una parte de esa reunión sería para informarles y otra para formarles. Esto para nosotros ha sido una iniciativa muy buena, que creemos puede dar frutos de aquí a mediano plazo.

 

¿En qué consiste eso de la acción tutorial?

Es la acción que un profesor hace con un grupo que tiene asignado. Entonces en el colegio le asignamos a ese tutor una o dos horas a la semana para que atienda a los chicos, hable con ellos individualmente, tenga reuniones con el grupo clase para analizar problemas, para trabajar normativas, para trabajar problemas de salud, de higiene, de alcohol, de drogas…

 

¿También ven ahí temas académicos?

También, todo. Entonces hay que elegir muy bien a los tutores, porque son la referencia para los chicos, son los que los acompañan.

 

En Sevilla, ¿cómo están catalogados en términos de calidad de la educación, en el concierto de la ciudad?

Nuestro colegio está muy bien situado y muy bien valorado. Fue el primer colegio en Andalucía en tener la máxima acreditación según el modelo europeo ESQM de calidad (N. de la R.: Modelo de calidad en la gestión de empresas), y el séptimo de España. Entonces de verdad que tiene una relevancia. Por otro lado, nuestra congregación tiene una gran importancia en Andalucía; yo por ejemplo, soy el presidente de la Federación Española de Religiosos de Educación de Sevilla; mi provincial ha sido de toda la región de Andalucía. Es un colegio que tiene una relevancia muy importante, también es de los pocos colegios que tiene certificación medioambiental, certificación de la ISO 9001, del año 2004. En síntesis, es un centro educativo que tiene un cierto recorrido en esto y, bueno, sigue trabajando ahí en lo que se puede.

 

¿Cómo es la recepción de los alumnos a la propuesta educativa del colegio?

Pues mire, yo diría que es buena. A mí una de las cosas que me llama más la atención es el índice de conflictividad que tenemos en las aulas, que es mínimo, tenemos muy pocos problemas de convivencia, gracias a Dios. Nosotros no tenemos cámaras ni guardias de seguridad, ni carnet por el que se entra; nuestro colegio es un centro de puertas abiertas, en que opera el paradigma de confianza. Pero, a la vez,  los alumnos y alumnas saben muy bien que aquí aprendemos a ser de otra manera, y que aquí, por el bien de todos -de los alumnos, de las familias, del colegio- debemos comportarnos de una manera adecuada. En ese marco, por ejemplo, los ‘chavales’ participan en un nivel muy alto de las actividades de pastoral por la tarde, donde el índice de alumnos que se promocionan cada año es muy elevado. Yo creo que los alumnos tienen muy claro que nosotros somos exigentes en lo académico, y que a la vez los queremos, que los acompañamos, que estamos con ellos, que no los abandonamos, y que los cuidamos, porque muchos de ellos, desgraciadamente, no cuentan a veces con sus familias ni para la fe, ni para el cuidado de la tarea educativa, ni para el cariño básico necesario en el día a día.

 

¿Qué índices educativos destacaría como resultados del colegio?

Por ejemplo, los datos que tenemos de ingreso a la universidad, lo que llamamos nosotros la Prueba de Selectividad. En los últimos cinco años hemos presentado una media del 80% de alumnos que ingresan a la universidad. Entonces, claro, para nosotros eso es un motivo de inmensa alegría.

 

Personas libres y felices desde la fe

¿Cómo influyen la fe y los valores de colegio de Iglesia en el éxito educativo del San José SS.CC. de Sevilla?

En varios factores. En primer lugar, yo creo que en España ahora mismo, uno de los problemas que atraviesa la educación es qué imagen de hombre educa uno, desde dónde educa, qué mensaje transmite, y hay un problema grande de los colegios de Iglesia, eso es real ahora mismo en España. Entonces nosotros no mentimos a los padres; una parte de nuestro éxito es que si yo les digo a los padres que esto es un centro católico, que aquí se presenta la visión del hombre que nace del Evangelio y de la Iglesia, eso se hace en el aula, se hace en el pasillo, se hace en el colegio. En ese sentido, pienso que una parte en el éxito de nuestro colegio, y por el cual es muy demandado, es porque es coherente. Nosotros decimos que somos un colegio de Iglesia y eso se nota en el día a día, en la encarnación  de los valores, en los casi nulos problemas de disciplina, en las notas que tienen los alumnos, en el acceso a la universidad; se nota asimismo en la participación de los padres, en las actividades que proponemos, en que los niños vienen en horarios extracurriculares al colegio porque se sienten como en su casa, se nota en la participación en las celebraciones, en las confirmaciones, es decir, en todo eso.

 

Por otra parte, yo creo que la fe, es decir, la vivencia libre y personal de una relación de amor a Dios vivida en el seno de una comunidad, en el seno de la Iglesia, aporta el sentido de alegría y plenitud a la vida de las personas, lo cual yo creo que hace que los ‘chavales’ puedan crecer integralmente. Todo eso los padres lo ven y los chicos lo viven, y eso hace que los profesores estén ilusionados, porque saben que están educando a niños, no sólo están transmitiendo cuáles son las causas de la Revolución Francesa, o cómo se constituye el átomo, sino que saben que además de eso, están construyendo personas libres, felices, alegres. Entonces los profesores se sienten motivados, los padres se sienten contentos porque nosotros les damos lo que le ofrecemos, y los alumnos se sienten atendidos personalmente.

 

En esa línea, ¿cuál es la importancia de la Pastoral en la formación de niños y jóvenes de su colegio?

Para nosotros es muy importante, es clave, y además es transversal. La Pastoral está presente, por ejemplo, en las distintas áreas curriculares, es decir, todas las programaciones tienen que tener objetivos que estén asociados a la Pastoral. Porque en historia se explica la historia del fundador, porque en matemática se trabajan los valores de la equidad, de la igualdad o la justicia, o porque en lengua se analizan textos de la Biblia. Es decir, en todas las áreas curriculares se tienen que trabajar objetivos de Pastoral. En la acción tutorial también está presente la Pastoral, porque el tutor va a veces con el alumno a la capilla, o celebra campañas de Iglesia. Además por supuesto que la Pastoral está presente en celebraciones de la confesión, en oraciones para los niños pequeños, en catequesis. En suma, la Pastoral está presente desde el principio de la jornada en que rezamos, cuando llegamos al colegio, hasta las actividades voluntarias por la tarde, que son de catequesis. Para nosotros es la razón de ser de nuestro colegio, y eso no significa que descuidemos las otras áreas, porque no hacemos la dicotomía entre lo pastoral y lo académico, ya que entendemos que el niño es uno y único, y hay que intentar darle una propuesta –el niño la tomará o no, los padres la tomarán o no-, muy clara, de decirle, ‘mira, nosotros te proponemos una manera de ser hombre, una manera de ser mujer, que es la de Jesús de Nazaret, que implica desarrollar tus capacidades al máximo, tu afectividad, tu capacidad de amar, tu capacidad de entrega por los más pobres y por los demás, de construir un mundo diferente, de ser un hombre culto, porque eso te va a hacer libre. Y por lo tanto nosotros te vamos a ofrecer la fe, que es lo que creemos te hace plenamente feliz’.

 

¿Todos los alumnos que estudian en el colegio son católicos?

Al ser el nuestro un colegio concertado –subvencionado-, el Estado fija los criterios de admisión en España, y dichos criterios no pueden ser nunca de creencia, ni de condición sexual. Es decir, entra libremente el que quiere, el que pide entrar. Hay muchas más demandas de los que pueden entrar, entonces la administración pone unos criterios. No hay exámenes de acceso.

 

¿Y cuál es el criterio entonces?  

El criterio que pone la administración –el Estado- es, uno, si es familia numerosa o no; segundo, si vive cerca del centro; tercero, si el alumno o los padres tienen alguna necesidad educativa especial, es decir, niños o jóvenes con síndrome de down, algún problema de ceguera, etc.; cuarto, la renta, es decir, el nivel de riqueza que tiene la familia, eso da puntos o no da puntos; quinto, si el padre trabaja en el centro o trabaja en la zona. Esos son puntos que se van dando, y el que tenga más puntos entra en el colegio. Como ve, no hay ningún motivo de creencia. En nuestro colegio ahora mismo, que yo sepa, hay dos personas de otras confesiones religiosas: tenemos un hindú y tenemos un chino, de religión oriental. Los demás son todos bautizados; ahora bien, hay gente que es bautizada y es practicante y hay gente que es bautizada y que no es practicante. Otro tema: gracias a Dios tenemos un grupo importante de ‘chavales’ que está en catequesis, son 547 niños en esta instancia, lo que es muchísimo. Si a eso le sumamos los 200 que tenemos en comunión, pues estamos hablando de un nivel de catequesis semanal muy importante.

 

¿El colegio es gratuito para los alumnos?

Claro, la enseñanza es gratuita. Es decir, nosotros no podemos cobrar por la enseñanza. La administración –el Estado- le paga a los profesores, y al centro le da una partida económica para el funcionamiento.