Julio 2010 / NÚMERO 41

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Padre Juan Francisco Pinilla, Vicario para la Educación del Arzobispado de Santiago:

“Una educación de calidad supone una preocupación

por la integralidad de la persona”

 

El sacerdote destaca a la educación escolar católica como un espacio que promueve dicha integralidad.

 

¿Qué elementos debe comprender una educación de calidad?

Una educación de calidad supone una preocupación por la integralidad de la persona, desde sus aspectos espirituales, humanos, físicos, intelectuales; es todo un complejo de perspectivas, de dimensiones de la humanidad, en equilibrio, pero desde un motor, que es la preocupación por el espíritu del hombre.

 

¿Cómo entiende usted la relación entre formación integral y calidad académica?

Sobre ese tema el problema es que se nos presenta una falsa dicotomía entre una formación humana, integral y logros académicos en educación, de modo que en muchas partes ocurre que hay un énfasis en lograr puntajes, que están urgidos por un buen Simce y una buena PSU, pero a veces se olvida el trabajo de formar chiquillos integrales, de hacer que aflore la humanidad cristiana, un humanismo cristiano. Entonces nosotros estamos tratando de superar esa falsa dicotomía, porque creemos que en la medida que haya una pastoral profunda, una preocupación por el desarrollo integral de la persona, eso tiene que producir buenos resultados. En la medida que haya una identificación simbólica con el colegio, con una identidad católica clara, en la medida que haya participación de los papás… En fin, hay muchos aspectos que influyen en los resultados medidos por esas pruebas, pero nosotros queremos ambas cosas, queremos que los resultados sean la expresión de un compromiso evangelizador profundo.

 

¿Qué dimensiones cree usted que valora la gente en la escuela católica y que la constituyen en una verdadera opción de calidad educativa?

La gente en general mira la escuela católica como un gran anhelo, y eso quiere decir que han visto en ella una alternativa de formación integral, valórica, con resultados académicos a la par y la gente eso lo sigue valorando. Y yo creo que la Escuela Católica está cada día abocada precisamente a lograr esta vinculación entre la formación humana integral, profunda, de servidores para el país, con grandes logros académicos, todo lo cual implica una seriedad en lo que se está realizando.

 

¿De qué manera influye la libertad de enseñanza en una buena educación?

La libertad de enseñanza es un derecho asegurado en la Constitución y también está presente en la Ley General de Educación, y tiene que ver con reforzar la labor de los padres en la educación de sus hijos, eso es reconocido. En la medida que los padres recuperan su primera responsabilidad educativa y si la familia logra estar en consonancia con la escuela, se producen los mejores logros, lo dice la experiencia.