JUNIO 2007 / NÚMERO 4

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Entrevista

Padre Galo Fernández, Vicario de la Esperanza Joven

 ¿Qué lugar ocupan los jóvenes para la Iglesia?

 Los jóvenes son y seguirán siendo una prioridad para la iglesia.

¿Cómo se materializa esto a través de la Vicaría de la Esperanza?

En nuestra acción evangelizadora de más de 15 años hemos acompañado la vida de cientos de jóvenes. En el 2006 fueron más de 7 mil doscientos los beneficiarios directos de proyectos sociales, educacionales y pastorales de esta institución del Arzobispado de Santiago, ello gracias al trabajo de profesionales y religiosos de la vicaría y de las zonas territoriales como de voluntarios.

¿Y cómo lo llevan a cabo?

Se concreta especialmente desde hace 7 años al iniciarse la implementación del Plan Pastoral de la Esperanza Joven, que contiene herramientas metodológicas y temáticas para ser abordadas en comunidades juveniles. Educar en la fe, es educar para el amor, y esa es una tarea irrenunciable para la Iglesia.

¿Cómo es la realidad de las juventudes católicas?

Yo estoy seguro que el mensaje del santo padre a los jóvenes brasileños en Sao Paulo es muy certero, él les dijo: son mucho más que una promesa para el mañana; son un presente joven para la Iglesia y para el mundo.

¿Qué palabra tiene la Iglesia ante la puesta en marcha de la ley de responsabilidad penal adolescente?

La ley en su espíritu es tremendamente positiva porque les ofrece a los jóvenes el derecho a defenderse. Las sanciones deben ser parte de una intervención socioeducativa, amplia y orientada a la plena integración social; ciertamente que es muy importante que las condiciones para su implementación deben ser las adecuadas. A los jóvenes, incluso a los infractores hay que mirarlos y acogerlos con cariño, en su integralidad, y eso se refleja en la ley; por ello anhelamos que en su ejecución se respeten sus derechos, no se discrimine y que quienes sean víctimas obtengan justicia.

Por Paula Sandoval Ortiz