Junio 2009 / NÚMERO 28

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Entrevista a Rafael Araneda

“La relación con mi papá fue muy especial”

¿Cómo ha sido hasta el momento la experiencia en México, desde el punto de vista profesional?

Ha sido una experiencia maravillosa; llena de nuevos desafíos personales y profesionales, donde me reencontré con la pasión de partir de cero y de alucinar con cada nuevo  paso dado en el difícil y competitivo mercado hispano parlante más grande del planeta. (Mis programas se ven por Azteca 13  en todo México y llega a la unión americana, Estados Unidos y Centroamérica, a través de Azteca América).

México me ha inyectado de una energía nueva, renovadora en mi carrera. Su amable gente, su cariño y la gran recepción que he tenido de parte de la compañía, de mi equipo de trabajo  y de la prensa me han mostrado una cara nueva de la televisión y los medios. Estoy feliz y realizado y gozando cada minuto de conocimiento y aprendizaje en tierras aztecas.

 

¿Cuáles son tus expectativas?

Ni en los mejores sueños pensé que iba a vivir lo que estoy narrando, por lo tanto, he aprendido de la felicidad de los mexicanos y de vivir y disfrutar el día a día y lo que tengo hoy, que es maravilloso y no pienso tanto a futuro como para jugar con las expectativas.

 

¿Cómo has enfrentado tus viajes a México en el contexto de la influenza humana?

Con tranquilidad y normalidad, después de informarme bastante del tema, y dejando de lado tanta desinformación y exageración mediática y social que poco favorece a solucionar el problema o a detener el contagio.  He sido muy responsable a la hora de utilizar la mascarilla en lugares cerrados, en el avión, ando con gel y spray antiviral y bacterial, para limpiar muchas veces al día las manos y he seguido las indicaciones de la autoridad sanitaria correspondiente.

 

¿Cómo lo toma tu familia?

Mi familia se preocupa, pero también  entiende que este compromiso con México es semanal y la televisión no se detiene. Es más, en momentos así es cuando los medios cobran mayor sentido social y hay que estar y no escapar al problema; y los acuerdos y las palabras empeñadas están para cumplirse en las buenas y en las malas.

 

¿Cómo se siente el ambiente en México?

Por lo de la influenza, ya bastante normal. Sin embargo, las pérdidas en áreas como el turismo son gigantescas gracias al tremendo daño comunicacional generado por el pánico y la falta de información. Basta leer hoy cualquier información para saber que el virus de la influenza humana que hoy nos preocupa tiene una tasa de mortalidad inferior al 0.8 por ciento; menor en cifras a muchos males ya existentes. He estado también en los Estados Unidos y del tema no se habla como se habla en Chile o en México, aunque se han dado muchos casos de influenza AH1N1. Es lamentable como el estigma, el prejuicio y la falta de solidaridad con México han provocado tanto y más daño colateral a su gente que el virus en sí.

 

¿Cómo viven como familia el estar separados algunos días a la semana?

Siento que la familia se ha fortalecido. Al someternos todos a este desafío, cada quien ha hecho su tarea y ha mostrado madurez para la edad. Parto por mi mujer. Ella ha sido un apoyo constante e incondicional,   a uno le provoca mayor admiración por la grandeza de Marcela y me sigue mostrando todo lo que me quiere. Los niños, han sido muy generosos en aceptar por algunos días a la semana la falta del papá en la casa. Ahora el papá está al teléfono, por Internet y cuando llega a casa hace su labor lo mejor que puede. Ahí no me quejo de cansancio ni de las horas de vuelo ni de nada. No me lo permito. Además debo confesar que mi casa es un lugar maravilloso. Con nosotros vive mi madre y mi hermana Carolina desde  que murió mi papá. Y desde ahí hemos hecho familia entre todos. Con distintas edades y etapas de la vida, con guaguas, niñas, jóvenes, nanas, mujeres casadas y solteras, abuela viuda incluida en un solo techo. Y viajar con ese elenco, con ese equipo que me respalda es tranquilizador.

 

¿Cómo fue tu relación con tu papá?

La relación con mi papá fue muy especial, fue genial. Mi papá siempre fue un ser a quien admiré y respeté por sobre todas las cosas. Fue mi papá, mi amigo, mi par y mi viejo a quien también procuré querer y cuidar de la mejor manera. Quiero compartir con ustedes como lo definí en su partida y como intenté representar a todos a pocas horas de su partida.

Al más grande, hermoso, tierno y adorado papá

Tu mujer; Laura, tus hijos; Mónica, Jorge, Carolina, Bernardita y Rafael;

Tus yernos; Javier y Guillermo, tus nueras; Pilar y Marcela y todos tus nietos regalones, queremos dejar constancia y gritar a los 4 vientos que nos distes los mejores 74 años de nuestra historia. Sí ¡¡¡¡.....porque la tranquilidad y estabilidad familiar en la que nos albergaste junto a la mamá, nos hacía pensar de que todos los padres eran como tú, éramos niños y no entendíamos el tesoro que nos había regalado el cielo. Ya maduros y consientes de nuestras propias debilidades, y observando  todo lo que nos rodea, nos duele aun más tu partida. No tienes comparación, fuiste único

Al padre siempre se le va a echar de menos...pero..., ¿qué nos queda a nosotros viejito, si te tuvimos a ti?,….simplemente y con el permiso de todos los presentes,  tuvimos al mejor papá y al gran tata que todos querían.

 Al buen hermano, amigo, vecino y compadre, al hombre que tenía el don de la risa, de lo simple. Al flaco que siempre supo lo que era  realmente importante.  ¡¡¡ Al bueno para la talla, al rey de los aperitivos y de los sándwich!!!! Tuvimos para nosotros  al incansable caminante, al más grande gozador de la vida y ese "choro" que domó la adversidad y nunca se amilanó ante nadie ni nada.

Tuvimos al maestro, y que por su ejemplo nos deja una dura tarea....igualarlo será imposible.....es que él  era muy bueno en lo suyo, y lo suyo,  era amarnos por sobre todas las cosas.

Sabio rector de la escuela de la vida,  Jorge Araneda caballero sin más lanza, que la alegría que brindaste cada día, con tu estocada de sonrisas y humoradas. Y recordemos todos juntos los veranos, las caminatas inventadas a la luna junto al sabio rector de la escuela de la vida: Jorge Alejandro Araneda Sarmiento,

 Viviste como quisiste y ojalá que nuestros hijos nos quieran tanto como nosotros a ti. Te lo ganaste todo y nadie te regaló nada. Y por el respeto que nos merece tu persona, que quede constancia: eres y seguirás siendo el más grande, hermoso, tierno y adorado papá.

Gracias por la gran ¡¡¡fiesta!!! que nos brindaste. Siempre seguirás siendo el gran anfitrión.

Y así con una sonrisa te decimos

Hasta siempre

Creo que estas palabras resumen muchos sentimientos y el sentir de una familia por su padre. Por eso las comparto con ustedes.

 

¿Fueron “compinches”?

Claro que sí. Siempre juntos. Desde chico hasta su muerte cuando ya no compartíamos el techo pero éramos vecinos. Siempre cerca, siempre conectados.

 

¿Participaba en actividades del colegio?

Del colegio, del deporte, de mis amigos y luego con la vida universitaria también se sumó a mi grupo desde su rol de papá y de gran compañía. Si hasta trabajó con mi hermano y a mí me llevaba mis platas desde que empecé a trabajar. Lo involucré con alegría y porque siempre fue un aporte a todas mis actividades. Viajamos y conocimos juntos algunos lugares que nunca soñó conocer, tal como me decía con una sonrisa en la cara, pero en realidad más le importaba estar que conocer, lo hacia feliz eso...estar con los suyos. Donde fuera y como fuera, pero juntos. Nos faltó mucho por recorrer...

 

¿Le hablabas de tus temores o alegrías?,

Más de mis alegrías; con él los problemas pasaban a segundo plano

 

¿Qué aprendiste de él?

Aprendí a separar lo importante de lo que realmente no lo es y a veces nos agobia. Que la mejor compañía está en la casa con la familia y que eso hay que defenderlo con todo. Aprendí el respeto por todas las personas, nunca  hizo un distingo social y su mesa estuvo siempre servida para el que la quiso compartir. Pensara lo que pensara y viniera de donde viniera. Tenía mucho barrio. Aprendí de la defensa del más débil, a amar a mi país, a mi bandera y al Colo-colo junto a él. Era un gran tipo. Sencillo y simple como él sólo, podía conversar con un niño y entretenerse de igual manera que con líder de opinión.

 

Su fallecimiento provocó, según declaraciones de prensa, fuertes cuestionamientos

Obvio, y hasta el día de hoy los tengo, sin embargo los expreso con menos rabia y con el consuelo de que nada puedo hacer para cambiar el destino ya trazado para él.

 

¿Cómo estás ahora en ese sentido?

Uno aprende a vivir con pena, he aprendido a cargarla, a manejarla, pero la tristeza o ese sentimiento de pérdida no se me han ido con el paso del tiempo. Y tampoco he querido dejarlo atrás porque al viejo lo extraño de verdad. Mientras mis hijos crecen y mi familia se fortalece, más débil soy ante su recuerdo.

El día del Padre del año pasado le regalé y me regalé una historia en DVD con imágenes y un archivo fotográfico de mi papá y de mi mamá. Se llama "Los Araneda Maturana" y la bajada "A tu manera". Contiene testimonios maravillosos de todos los integrantes de la familia y es una película o un documental que pretende ser un ejemplo vivo, un legado de lo que es hacer familia como lo ha hecho mi mamá y como lo hizo el papá.

 

¿Tu forma de ser papá, tiene que ver con el papá que tuviste?

Creo que el hombre es imitable, pero no sé si igualable. Por eso yo soy papá como me nace ser, con mis atributos y carencias.

 

¿Qué quieres que tus hijas aprendan de ti?

A ser felices y agradecidos de la vida, que tengan conciencia del país y del mundo en el que viven, y de las responsabilidades que ello implica. Que aprendan la capacidad de soñar en grande y de no temerle a los desafíos por tremendos que se vean. Siempre les digo a mis niños por chicos que sean: tú puedes, ustedes pueden.   Para hacer lo correcto y cumplir los sueños no hay medida ni barreras invencibles. Quiero que promuevan el valor de la familia y las virtudes de la vida sana y en familia. Quiero que se apasionen por lo que hagan, por el deporte, por el arte, por lo que sea pero con pasión y al cien por ciento.

 

¿Qué quieres legarles?

Carácter para decir que no. Fuerza para no ser del montón que sigue la moda de la masa cuando necesitamos aceptación y pertenecer a un grupo a todo costo. Quiero prepararos para la vida más que para dar pruebas de conocimientos, que reconozcan el valor del mérito y de que siempre hay alguien mejor que uno y que tiene mayor merecimiento.