Junio 2010 / NÚMERO 40

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Alfonso Baeza

50 años de sacerdocio para los pobres

El 11 de junio de 1960 fue consagrado como Obispo por Monseñor Emilio Tagle, Administrador Apostólico de Santiago. Se fue a estudiar a Roma Ciencias Sociales. Cuando volvió, en 1963, Monseñor Raúl Silva Henríquez, Arzobispo de Santiago lo designó para la Misión General, en la población José María Caro y en 1964 estuvo a cargo de la post misión, “en una pega muy de oficina”.

Entonces fue donde el Cardenal Silva y le dijo: “Si usted quiere que siga de cura, sáqueme de aquí. Yo me metí en el seminario para trabajar con los pobres”. El Arzobispo lo designó como asesor del Movimiento Obrero de Acción Católica, MOAC, de la Zona Oeste. En 1977 el Cardenal Silva crea la Vicaría de Pastoral Obrera, de la cual fue su primer vicario. Continuadora de la acción  de esa vicaría es la actual Vicaría de la Pastoral Social y de los Trabajadores. A pocos días de cumplir 50 años de sacerdote, el Padre Alfonso Baeza, 79 años de edad, concedió esta entrevista al periódico Encuentro.

¿Cómo fue su primer contacto más directo con las personas más pobres?

“Para mí fue un descubrimiento muy grande, porque si bien yo venía de una familia acomodada, tenía mucho sentido social. Mi papá estaba dedicado a la medicina social y mi mamá participaba en las Conferencias de San Vicente de Paul, preocupada de los más pobres. Siempre tuvimos esa cercanía con el mundo de los más pobres. Para mí era mirar la pobreza desde la perspectiva de los ricos, los ricos buenos, que ayudan a los pobres, pero que no les interesa mucho la promoción de los pobres.

En el MOAC aprendí que la pobreza no es algo querido por Dios ni culpa de la gente pobre. Allí promovimos la preocupación de la Iglesia por el mundo obrero. Vimos que la manera de remediar las injusticias por parte de los trabajadores era a través de la organización. Eso como una cosa que era lo que Dios quería, eso era lo que yo entendía como la opción preferencial por los pobres que después fue establecida en Medellín”.

La pastoral social se origina en el Evangelio

“Lo otro que me motivaba era ver esta relación entre la acción social, la justicia y la liberación. Lo que está en Lucas 4, ‘El espíritu del Señor está sobre mí y me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Noticia’. Y yo me preguntaba qué es una buena noticia para los pobres. Que haya un trabajo decente, un salario justo, que se puedan desarrollar como personas y como familia. Eso es parte de la lucha social, que es parte de la Buena Noticia que hay que dar. Por eso lo relaciono mucho con la evangelización, que es anunciar el Reino de Dios, la Buena Noticia de Jesucristo. No la puedo separar de mejorar las condiciones de vida y de relación humana en la sociedad en que vivimos.

La pastoral social es signo de la credibilidad de la Iglesia. Es el Evangelio de Jesucristo el que motiva la pastoral social de La Iglesia”.

Al cabo de 50 años de sacerdote, ¿cuál es la mayor riqueza que ha recibido en este ministerio, lo que más le ha impactado positivamente?

Yo soy un agradecido de mis obispos, especialmente del Cardenal Silva, cuya actitud de acceder a mi petición  de trabajar con los más pobres fue fundamental. Lo otro fue descubrir esa relación entre el Evangelio, la persona de Jesús y la opción por los pobres. También el Papa actual dijo que la fe en Jesucristo lleva implícita la opción por los pobres. Par mí es la alegría más grande cuando siento que estoy haciendo algo de verdad por hacer revivir esa Buena Noticia de Jesucristo para los más pobres.

¿Cómo le han afectado, en su calidad de sacerdote, los abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero de la Iglesia Católica?

Me da mucha pena por las personas víctimas y también por los sacerdotes que han cometido esos abusos. Es un llamado a ser más humildes como Iglesia y más coherentes entre lo que decimos y lo que vivimos. También a tener más respeto por las opiniones distintas, saber buscar esa actitud –que proyectaba Juan XXIII- de respeto al descubrir en las otras opiniones la presencia del Evangelio de Jesucristo, aun en personas y doctrinas muy opuestas, pero que siempre tienen algo de Dios. Lo que está pasando ahora lo siento mucho por lo que pueda afectar a la credibilidad en la Iglesia. Siento, además, que para algunos puede ser un motivo para relativizar la posición de la Iglesia en su defensa de los Derechos Humanos y de los más pobres. Me da mucha pena y también un poquito de rabia.

Crisis actual se transformará en una  purificación

¿Cómo ve a la Iglesia después de esta crisis?

La fe en Jesucristo es la que nos va a hacer salir de todo esto, con humildad, con una actitud de apertura y mucha sencillez, cercanía con la gente de aporte de la jerarquía. Creo que va  a ser una purificación en la medida que seamos más cercanos a la gente. A mí me produce una cosa rara cuando me dicen: ‘Usted que está más cerca de Dios… Yo les digo: “No sé si será tanto”, porque más cerca de Dios hay tanta gente que vive a concho su fe, gente que sufre tanto y, sin embargo, cree todavía firmemente en el amor de Dios y en la Iglesia.

¿Qué valor le asigna a este año sacerdotal que ya termina?

El año sacerdotal se originó en el centenario del Santo Cura de Ars. Su testimonio me motiva mucho. El Cura de Ars fue un hombre muy sencillo, muy cercano a la gente y entregó su vida totalmente a ese servicio. Fue un gran servidor. Me motiva mucho la idea de servir al prójimo, al desamparado, al que se siente más lejano, mostrarles que Dios está cerca de todos nosotros. Y testimonios actuales también, como Mariano Puga,  Don Enrique Alverar, Don Ricardo Ariztía y tantos otros.

50 años

Los celebrará el viernes 11 de junio, con una misa en la parroquia del Sagrado Corazón, Estación Central,  a las 19:00 horas. Ese mismo día habrá un encuentro de agentes pastorales sobre la Cultura de la Solidaridad y la Dignidad del Trabajo, organizado por Caritas, en Alameda 2182, a las 10:30 horas. El sábado 12 habrá un encuentro sobre la participación social, a las 15:30 horas en Plaza de Armas 444, y el domingo 13 una misa en la iglesia de San Francisco, a las 16:30 horas.