Edición NÚMERO 52
Junio 2011

Ganaron con Encuentro

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Conozca las cartas y colaboraciones que nos enviaron para la edición de este mes

Vio primero que su señora al hijo recién nacido

Actualmente tengo 71 años de edad. Me casé cuando cumplí los 21 y mi esposa 18 años. Este año nuestros 6 hijos y los 12 nietos nos celebraron 50 años de matrimonio.
Como para todo padre creo que el primer hijo es la máxima alegría que uno puede tener en la vida. Todavía no cumplíamos el año de casados cuando nació Jorge Enrique (Jorge por mi y Enrique por el cura que nos casó). Nació el 01/03/1962 y nosotros nos casamos el 25 de marzo de 1961, día de la Anunciación de la Virgen.
En esa época no existían las ecografías y los controles de los médicos eran al puro tanteo y nada más. Así es que no teníamos idea qué iba a ser, si mujercita u hombrecito...Como canta Quelentaro en su tema "Pueblo maldito Temuco"...."Yo esperaba un hombrecito y mi negra, lo que Dios quiera"....
Como era el primero no teníamos idea de los síntomas del parto, ese día mi señora fue a su control al hospital de Punta Arenas y me la dejaron allá porque le dijeron que la guagua ya venía en camino. Partí como “cuete” a la casa a buscarle su ropita.
Creo que fue uno de los  (pocos) casos que se han dado (tras) un parto.....Yo ya casi me había fumado una cajetilla entera de cigarrillos cuando vi salir a mi madre que era funcionaria del hospital con un bultito en brazos...Vi a mi hijo hombrecito con su cabecita como melón alargado (mi madre lo tomó en cuanto le cortaron el cordón umbilical y lo limpiaron y salió a mostrármelo) Yo vi a mi hijo antes que su madre...Lloraba como niño chico con mi hijito en brazos.
Luego llegaron los otros...Fueron 7. Seis hombrecitos y una sola mujercita....Pero el mayor es el mayor....Actualmente tiene 49 años y, no es que sea mi hijo, pero yo lo encuentro un viejo sabio. Es dirigente sindical del personal de la Clínica de la Universidad  Mayor en Temuco y yo lo veo con los mismos valores de don Clotario para con los trabajadores

José Jorge Alarcón Oliva


El Padre del cielo

Dos padres tiene el ser humano, el todopoderoso, omnipotente, celestial y el biológico,  quien nos proporciona sus genes, nos viste, alimenta y educa.

Al correr de los años nos entrega consejo, compañía mientras crecemos para llegar a un horizonte positivo.

La llegada de un hijo tiene un valor intrínseco, es un ángel que nos ayuda a ponernos de pie cuando nuestras alas se han olvidado de cómo volar. La función del padre es guiar, encaminar al hijo, hacer el mejor esfuerzo  para que ocupe  un lugar en la sociedad, para cual Dios lo destinó.

Juan Luis Petrovic Lebedina (80 años)
Parroquia Santa Rita


Así viví la espera de mi primer hijo
 
Lo esperé con muchos nervios, ya que el informe del médico decía que mi señora no podría tener hijos, eso fue en noviembre de 1995. Con esa angustia nos fuimos a misionar a las islas de Chiloé en febrero  de 1996. Nos habíamos encomendado a la Virgen de la Asunción, y cuál fue nuestra sorpresa que en las islas que anduvimos misionando siempre encontramos esta imagen. Al volver a Santiago fuimos al médico  y ahí el nos dio la noticia que mi señora tenía un poco más de un mes y medio de embarazo, de ahí nos fuimos  a la Iglesia de la Gratitud Nacional, ya que ahí nos habíamos encomendado a la Virgen con lágrimas en nuestros ojos cuando supimos que no podíamos tener hijos, por eso volvimos a darle las gracias. Así esperé a mi hijo, con ansiedad y nervios porque fue un embarazo de alto riesgo y en más de alguna oportunidad lo pudimos haber perdido. En septiembre de 1996 nació nuestro hijo Andrés y a los dos años después Dios nos regaló a nuestro segundo hijo Matías. Ser papá es lo más hermoso que me ha pasado en la vida.
  
Jorge Órdenes Guerra