Edición NÚMERO 49
Marzo 2011

Monseñor Fernando Chomali y el daño por el terremoto en la arquidiócesis:

“Nuestra primera preocupación es recuperar los templos afectados por el terremoto”

Llegó hace poco de Estados Unidos, donde fue a sensibilizar sobre la importancia de reparar los templos dañados por el megasismo del 27 de febrero de 2010. En esa línea, el obispo auxiliar de Santiago resalta el valor religioso, cultural e histórico de las iglesias de nuestra arquidiócesis.   

 

¿Cual es el valor religioso y espiritual de las iglesias de nuestra arquidiócesis?

La Iglesia está íntimamente unida a las raíces de la nación. Cada templo, cada comunidad eclesial, nos recuerda que nuestra patria tiene raíces cristianas y que su alma, su cultura, su ethos, su constitución está indisolublemente unida a la presencia del Evangelio de Cristo y de su Iglesia.

 

¿Cuál es el valor patrimonial, arquitectónico e histórico de dichos templos?

El valor es inmenso, dado que parte importante de la vida cultural del país ha transcurrido al interior de la Iglesia. Son muchos los arquitectos, artistas y personas de las más amplias gamas del saber que han dejado lo mejor de sí plasmado en las iglesias que brillan por su belleza y armonía.

 

¿De qué manera contribuye el patrimonio de nuestros templos a la identidad urbana y cultural de Santiago?

Santiago es una ciudad donde lo sagrado forma parte de su vida, de su historia. La presencia de la Iglesia y su actuar forma parte de la vida de la ciudad siempre bajo el amparo de la Virgen María que nos mira y abraza desde el Cerro San Cristóbal. Qué sería de Santiago sin la catedral, sin los templos de las órdenes religiosas, sin la presencia del padre Hurtado, así como de tantos sacerdotes y religiosas que entregan su vida por servir anunciando la buena nueva. ¿Qué sería de Santiago sin el Te Deum?

 

¿Qué está haciendo la Iglesia de Santiago para resguardar dicho patrimonio?

La verdad es que estamos en deuda por falta de recursos. Por el momento, nuestra primera preocupación es recuperar los templos que fueron afectados por el terremoto. Gracias a Dios con la ayuda de la Universidad Católica se está haciendo un trabajo muy serio en lo que a recuperación de templos patrimoniales se refiere.

 

Un patrimonio de todos

¿Qué está faltando para proteger más ese patrimonio?

Recursos económicos y también la decisión política del Gobierno de reconocer con más fuerza que es un patrimonio de toda la sociedad y que a todos nos corresponde contribuir para que esté bien conservado y cuidado. Un test importante para medir el grado de desarrollo de un país es la forma como cuida su patrimonio cultural y los recursos que destina.

 

¿Siente usted que falta conciencia patrimonial en términos de conservación arquitectónica y urbana en nuestro país?

En Chile las cosas urgentes, como es la superación de la pobreza, mejorar los estándares de educación, etc., opacan lo importante, que tiene que ver con el ethos cultural de nuestra sociedad, que está estrechamente unido al patrimonio arquitectónico, religioso, cultural, de nuestro país, y yo pienso que en el largo plazo, todo lo que hagamos hoy para mantener el patrimonio, potenciarlo, darlo a conocer, sin lugar a dudas que va a generar mayor conciencia de la historia de nuestro país, que por lo demás está íntimamente unida a la Iglesia Católica, y el valor que tiene el legado que han dejado muchas personas.

 

¿Cuáles son las verdaderas condiciones de seguridad de las iglesias de Santiago frente a eventos catastróficos o siniestros (incendios, terremotos, etc.)?

Debo reconocer que es una materia que no hemos abordado de manera profesional. Sin duda que llegó el momento de hacerlo. Sin embargo, creo que es un problema de toda la sociedad chilena en lo que a patrimonio se refiere. En todo caso, creo que estamos avanzando en esta materia. Los organismos del Estado son cada vez más competentes y profesionales respecto del cuidado patrimonial y creo que nos pueden ayudar mucho. Hay muchas fundaciones culturales que van por ese camino, cosa que nos alegra enormemente.

 

Campaña de recaudación de fondos

¿Existe alguna campaña de captación de recursos para invertir en la reparación y cuidado de las iglesias de nuestra arquidiócesis?

Estamos trabajando fuertemente para recaudar a nivel de la arquidiócesis y el resto de las diócesis dañadas los recursos que se requieren para restaurar las iglesias que se dañaron con el terremoto. Tenemos una página web muy gráfica al respecto (www.fesolidaria.cl) y que invitamos a los católicos la vean y sean solidarios con la Iglesia.

 

Desde un punto de vista patrimonial y arquitectónico, ¿cómo impactó el terremoto del 27 de febrero en las iglesias de la arquidiócesis? ¿Qué se está haciendo para repararlas?

El terremoto hizo mucho daño. Se requiere mucho dinero para poder recuperarlas. Ya hay algunas parroquias que están funcionando normalmente, pero son las menos en lo que a infraestructura se refiere. Estamos realizando las evaluaciones y algunos proyectos respecto a los edificios patrimoniales, los cuales están bastante avanzados en algunos casos, como la Basílica del Salvador y la Catedral.

 

¿Cómo fueron las gestiones en el viaje que usted realizó a EE.UU.?

Tuve contacto con la embajada de Chile ante Washington, con el Nuncio de la Santa Sede ante el Gobierno norteamericano, tuve contacto también con el movimiento Comunión y Liberación, con algunos seminaristas y sacerdotes de los Legionarios de Cristo, y la idea era promover la importancia que tiene recuperar los templos parroquiales. También tuve la oportunidad de reunirme con el secretario general de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos y el encargado para América Latina de la colecta anual. Fue un trabajo importante, de gran altura eclesial y quedaron todos muy motivados con el trabajo que estamos haciendo; es un trabajo serio donde hicimos ver la importancia que tienen los templos para la vida parroquial.

 

¿El viaje tenía como objetivo la posibilidad de captar fondos para aquello?

Lo que pasa es que captar fondos no es una cosa muy automática, pero sí ya generamos la conciencia y pareciera ser que la Conferencia Episcopal de Estados Unidos nos abrió las puertas para que ellos nos puedan ayudar, haciendo contactos con diócesis y con parroquias.