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Edición NÚMERO 61
Marzo 2012

Pastoral Penitenciaria de Chile ante tragedia en cárcel de Honduras
                                                                                            
La siguiente reflexión fue entregada por el capellán nacional subrogante de Gendarmería de Chile, padre Armando Araya.                            
                                      

Ante la reciente tragedia carcelaria, acontecida en Honduras, queremos reflexionar y presentar una mirada de Fe ante tan triste episodio.

El incendio en la cárcel de Comayagua, es la peor tragedia en la historia carcelaria en America Latina en el último tiempo , donde más de 350 personas murieron producto de este incidente. Sin olvidar que en Honduras, en el año 2004 ya habían fallecidos 107 internos, en el penal de San Pedro  Sula.

Una primera Reflexión, es la  urgente necesidad de informarnos y tomar conciencia de la situación carcelaria en Sudamérica. La situación de nuestros penales en el continente es critica  lo que es  ratificado por expertos en Derechos Humanos internacionales, quienes han  constatado el hacinamiento y las condiciones inhumanas en que viven las personas privadas de libertad. Se agrega  a ello, la alarmante situación de violencia que existe en las prisiones, cuya causa principal es la sobrepoblación, carencia de agua potable, alimentación deficitaria,   precaria atención médica y condiciones sanitarias  crónicas.

Lo recientemente acontecido, es el reflejo de las deficiencias de las políticas públicas de los gobiernos en el continente, además existe poca preocupación por parte de la sociedad respecto a las personas privadas libertad, por lo que urge abordar esta grave problemática social continental. No bastan sólo las buenas intenciones, sino políticas reales, eficaces y urgentes de implementar.

 A la luz de nuestra Fe, nuestra carta de navegación como Agentes Pastorales Penitenciarios, son la propias palabras de Cristo cuando nos  dice “Estuve preso me fuiste a visitar” (mt.25,36) .Momento del cual se produce una ligazón permanente  en nuestro ser y quehacer Cristiano Social.

La cárcel, es una escuela de espiritualidad para los seguidores de Jesús, desde el procesamiento y condena de nuestro maestro, sus primeros discípulos y desde entonces, los grandes paradigmas del testimonio Cristiano en lo social.

Podemos contribuir eficazmente a la superación de la crisis penitenciaria a través de nuestro compromiso pastoral en los penales.  Un itinerario factible es:

1.- La Oración Permanente los  unos por los otros. Sin  desfallecer ante los signos de muerte y dolor. Sabiendo que el Señor está siempre atento a nuestras plegarias, particularmente, cuando nuestra oración surge de nuestros clamor en el dolor, sufrimiento y miseria.

2.- La Opción Preferencial por el más pobre: Replicando el mensaje de Francisco de Asís, al legarnos el consejo de que todo aquel o aquella que opta por el más pobre, tiene la certeza de no equivocarse. Cada persona privada de libertad, es el propio rostro de Cristo que nos interpela e invita a visitarle : es el propio Cristo Pobre.

3.- Respecto  irrestricto  a los Derechos Humanos: De cada persona privada de libertad. Sin olvidar que solo pierde el Derecho a la libertad. Los demás derechos deben ser íntegramente respetados,  promovidos y defendidos.

Nos   alegra  mucho  y  felicitamos   la  iniciativa
 Gubernamental de nuestro país, al proporcionar una delegación de 14 expertos del Servicio Medico Legal y del Registro Civil, para colaborar en las tareas de identificación de las victimas del penal hondureño.
No olvidemos que en nuestra nación, vivimos la peor tragedia carcelaria de CDP. San Miguel el 08-Diciembre de 2010, donde 81 internos perdieron trágicamente la vida. Hecho que nos debe sensibilizar cuando otro país vive semejante drama.

Reconocemos la labor de nuestra institución penitenciaria, cada vez que se unifican criterios en materia de mejoramiento de la calidad de vida de las personas privadas de libertad. Cuando se hace una apuesta decidida por la rehabilitación y reinserción de la población penal. De igual forma, cuando se mejoran la condiciones de trabajo y de dignificación, haciendo un publico reconocimiento a la labor de nuestros funcionarios penitenciarios, por parte de gobiernos, instituciones y sociedad y sociedad Chilena toda.

 

Nuestra Madre de la Merced, acompáñanos en nuestro diario servicio penitenciario  ¡Así sea¡