Mayo 2009 / NÚMERO 27

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Cobrar el 1% y escuchar a la gente

Mario Morales Sepúlveda (70 años, casado, tres hijos), desde 1980 a cargo del 1% y del comité de finanzas de la parroquia Jesús de Nazareth, ubicada en la Zona Oeste. Es, además, coordinador de la zona y del decanato y visita a 78 erogantes, pero antes tuvo 103. “Tuve que dejar algo, porque los nietos reclaman, y con razón, porque yo soy de la idea de que si estoy en algo lo voy a cumplir y bien, no soy de medias puntadas”, afirma.

¿Qué significa para usted, en lo personal, hacer este servicio de recaudar por las casas el 1% de contribución a la Iglesia?

Esto es un apostolado. Nosotros somos el puente entre el sacerdote y los feligreses que colaboran, pero que no van a la Iglesia, salvo durante la Semana Santa,  Domingo de Ramos, un bautizo, las primeras comuniones o un matrimonio. No es la gente que normalmente va a la misa. Lo que motiva a este servicio es que hay muchas cosas que hacer en la parroquia y el dinero, nos guste o no, es importante, no es lo principal, pero es muy necesario. Además, uno se encuentra con  gente que vive sola, que está enferma y lo esperan con ansias para poder conversar con uno, para desahogarse o bien para llevar a un recado al párroco porque alguno necesita que lo vaya a ver.

Es decir, ¿no se trata sólo de cobrar la cuota mensual  del 1%, sino que hay otros vínculos más espirituales?

Sí, eso es lo que siempre digo, que no soy el casero que llega a cobrar la cuota, sino el nexo que tienen ellos para plantear sus necesidades, para escucharlos o acompañarlos en algún problema, como el incendio de su vivienda o que tienen que ir al hospital.

¿A usted lo satisface este trabajo?

Sí, es algo que llena completamente. Y aunque tengo 70 años, la actividad me mantiene muy bien, me conservo física y mentalmente muy bien. Recorro a pie un radio aproximado de 20 cuadras, en el sector de Las Rejas.