Edición NÚMERO 45
Noviembre 2010

Padre Fernando Vives asumió como delegado episcopal en Unión Sacerdotal Sagrado Corazón de Jesús

Entrevista al Vicario de la Zona Cordillera del Arzobispado de Santiago y religioso de los Sagrados Corazones, Padre Fernando Vives, quien deberá ayudar a los miembros de esa Unión Sacerdotal a cumplir sus objetivo y avanzar en la unidad entre sus integrantes y de éstos con el Arzobispo y el Clero de Santiago.

El Padre Vives reemplaza en la dirección de esa entidad a Monseñor Andrés Arteaga, en momentos en que el fundador de la Unión Sacerdotal, Padre Fernando Karadima, espera una resolución de la Santa Sede respecto de denuncias por supuestos abusos sexuales.

 

¿Nos puede precisar el tipo de servicio que le pidió el Arzobispo de Santiago en la Unión Sacerdotal Sagrado Corazón de Jesús?

El señor Cardenal me ha nombrado delegado episcopal para asumir la dirección de la Unión Sacerdotal Sagrado Corazón de Jesús, junto a dos consejeros, para regirla y fundamentalmente el encargo del señor Cardenal  es que pueda, junto a mis hermanos consejeros, ayudar a los miembros de la Unión Sacerdotal a la consecución de los fines propios que tiene, muy especialmente en cuanto a la identificación con la persona de Jesucristo, al crecimiento en esa identificación; también el crecimiento en la comunión eclesial, tanto con el señor Arzobispo como con el resto del clero de la arquidiócesis y también crecer en la comunión y la unidad entre los miembros de la Unión Sacerdotal. Esos son fundamentalmente los encargos.

 

¿Cuál es el trabajo que actualmente está desarrollando en esta nueva responsabilidad?

Recién me nombraron el viernes 29 de octubre y vamos a constituirnos en una primera reunión muy pronto con los dos sacerdotes consejeros, el Padre Samuel Fernández y el Padre Javier Barros, para iniciar todo nuestro trabajo de conocimiento más directo por parte mía de cada uno de los miembros de la Unión, ya que los conozco a algunos por referencias, a la mayoría de vista y a muchos de ellos personalmente, pero no a todos y a cada uno, por el hecho de ser yo religioso y ellos diocesanos. Lo primero es conocerlos, intercambiar opiniones con ellos, escucharlos y a partir de los datos que vaya obteniendo en estos encuentros, ir buscando los medios para colaborar con ellos en la consecución de los fines indicados.

 

¿Cuántos son los miembros de esta Unión  Sacerdotal?

Son 40 sacerdotes, incluyendo los cuatro obispos, Monseñor Andrés Arteaga, Obispo Auxiliar de Santiago; Monseñor Juan Barros, Obispo Castrense de Chile; Monseñor Tomislav Koljatic, Obispo de Linares, y Monseñor Horacio Valenzuela, Obispo de Talca.

 

¿Están incluidos también los diez sacerdotes que renunciaron a la Unión Sacerdotal?

Ellos no han renunciado. En la carta que apareció en la prensa ellos manifiestan su “distanciamiento” de la Unión Sacerdotal. Es una palabra que no significa un rompimiento, un dejar de pertenecer a ella. Incluye, por lo tanto, mi tarea, estar con ellos y buscar con ellos también la comunión. Ellos están incluidos en los 40 sacerdotes que mencioné.

 

¿Cuánto tiempo va a durar su gestión?

El nombramiento es por un año, y si en el curso de este año avanzamos para terminar la tarea, el mandato incluye buscar nombres para una directiva de la Unión Sacerdotal compuesta por miembros todos de la misma Unión. Yo no pertenezco a  ella.

 

¿Cuál es la condición  jurídica de la Unión?

Es una Unión de sacerdotes diocesanos solamente. Tiene una personalidad jurídica eclesiástica y una personalidad jurídica civil desde el año 1948. Es una entidad de Derecho Canónico y pertenece a las asociaciones que persiguen un fin sobrenatural, como lo señala el Código de Derecho Canónico.

 

¿Cuál es su ánimo para enfrentar esta tarea encomendada?

Yo quisiera responder con mucha fidelidad a esta confianza del señor Cardenal y lo primero que puedo decir es que me encomiendo a Dios y a su Espíritu para poder realizar esta obra con fidelidad. Mi ánimo está muy confiado en apoyar, ayudar a la consecución de estos fines, dado que mis hermanos presbíteros de la misma Unión Sacerdotal con los cuales me he ido encontrando me han manifestado una gran benevolencia, una  aceptación, una acogida; y fiado en el Señor y en la colaboración de los hermanos. Estoy con mucho ánimo, con mucha energía para prestar este servicio humilde.

 

¿Qué les puede decir a los fieles en general?

Quiero decir a toda la comunidad eclesial, a través de este medio, que rueguen por este humilde servidor, por la misma Unión Sacerdotal y por cada uno de sus miembros, para que podamos disponernos todos en el crecimiento tan necesario en este momento de una comunión eclesial y luego del clero de nuestra arquidiócesis.

 

Declaración del Departamento de Opinión Pública del Arzobispado de Santiago 

  1. El consejo directivo de la Unión Sacerdotal del Sagrado Corazón, compuesto por su director, Mons. Andrés Arteaga Manieu, y por sus consejeros, presbíteros Antonio Fuenzalida Besa y José Tomás Salinas Errázuriz, fue nombrado por primera vez hace 15 años por el entonces Arzobispo de Santiago, Cardenal Carlos Oviedo Cavada.

  2. Dicho consejo ha guiado a esta asociación pública de sacerdotes durante varios períodos, por lo que procede designar un nuevo consejo para enfrentar los desafíos presentes en las actuales circunstancias. Su tarea prioritaria será fomentar la unidad al interior de la asociación, superando las dificultades que la amenazan, de manera que sus integrantes puedan desarrollar de manera fecunda los dones recibidos de Dios, que son un bien para nuestra iglesia.

  3. Para ello el Sr. Arzobispo, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, ha nombrado un consejo directivo de transición, encabezado por un Delegado Episcopal, con las facultades que los estatutos le confieren al director de la Unión. Esta responsabilidad será asumida por el Rev. Padre Fernando Vives Fernández, SSCC, Vicario Episcopal para la Zona Cordillera. Sus consejeros serán los presbíteros Samuel Fernández Eyzaguirre y Javier Ignacio Barros Bascuñán.

  4. La tarea fundamental de este consejo será colaborar con los miembros de la Unión Sacerdotal en la consecución de sus fines, especialmente en su propósito de crecer en la identificación con Jesucristo, como asimismo en la comunión y colaboración con el Obispo y el presbiterio de la Arquidiócesis, y de los miembros de la Unión entre sí.

  5. Este consejo de transición ha de preparar, asimismo, la designación del futuro consejo, compuesto tan sólo de miembros de la asociación.

  6. Mons. Andrés Arteaga continuará dedicado a las tareas que desempeña con generosidad y competencia como Obispo Auxiliar de Santiago, Vice Gran Canciller de la Universidad Católica de Chile, y Vicario Episcopal para la Cultura y de los movimientos eclesiales y otras asociaciones laicales. Los presbíteros Antonio Fuenzalida y José Tomás Salinas, en sus labores parroquiales en La Florida y Quilicura respectivamente.

  7. Cabe esclarecer que el nombramiento de este nuevo consejo directivo no ha sido solicitado ni sugerido por la Santa Sede, sino realizado en virtud de la responsabilidad pastoral que le cabe a todo obispo por las asociaciones de fieles de la diócesis de la cual es Pastor.