Edición NÚMERO 57
Noviembre 2011

Devoción mariana en Chile, un campo para evangelizar

Entrevista al hermano asuncionista Ramón Gutiérrez, director del Eco de Lourdes


Desde su experiencia en Lourdes, ¿cómo valora la devoción mariana en Chile?


Creo que el pueblo chileno tiene raíz cristiana – mariana. Eso aflora en todas partes, en toda circunstancia. El lugar que tiene la Virgen María en el pueblo es de profundas raíces. En nada disminuye la adhesión a Cristo; al contrario, porque Chile es un pueblo profundamente cristiano y tiene a María en un lugar destacado. Eso lo compruebo diariamente y en diversos lugares y ambientes sociales. El amor a María fortalece la adhesión a Cristo y a la Iglesia. Son muy importantes los testimonios que se recogen en los libros de intenciones del Santuario y a través de la correspondencia.


¿Qué análisis crítico puede hacer de esa devoción? ¿Qué le falta? ¿Tiene alguna desviación que sea delicada?


Siempre hay aspectos que se deben cuidar, catequizar, orientar. El tema de las desviaciones en la devoción mariana no está en el culto que el pueblo, que las personas, le profesan a la Madre del Señor. El peligro está más bien en los agentes pastorales que descuidamos a las personas. Hay algunas expresiones de fe que son confusas. Es tarea de catequistas y evangelizadores hacer la claridad, iluminar las desviaciones que hay. Si dejamos de hacer nuestra tarea, las personas viven las devociones “a su manera”. Esto es grave. Nuestra tarea es caminar con el pueblo y eso significa estar atentos a lo que el pueblo vive.

En los últimos años he observado mucha banderita, mucho papel picado, mucha guirnalda en diversas procesiones o peregrinaciones marianas. ¡No está mal todo eso! Pero si no se entrega el Evangelio a esas personas, nos quedamos en algo superficial. Toda devoción mariana debe estar impregnada por el mensaje de Jesús.



¿Cuál debe ser la labor pastoral de la Iglesia frente a las manifestaciones populares y masivas de devoción mariana?


Ya lo señalaba antes: todo con el Evangelio. Sin embargo, para poder caminar con un pueblo que gusta de las peregrinaciones, de las procesiones, de las visitas a los santuarios, es necesaria una buena formación de los agentes de pastoral de los Santuarios. Así como para ser catequista, para la pastoral familiar, para la pastoral juvenil, etc.,  se requiere de una previa formación, creo que es urgente preparar a quienes sirven en los santuarios. Son muchos los aspectos que hay que cuidar ya sea en una peregrinación como en un santuario. El servicio va desde la acogida hasta la celebración de la Eucaristía. No basta la buena voluntad de los agentes pastorales, hay que formarlos con buenos contenidos, con mucha observación y con mucha práctica “en terreno”.

Ya tenemos en Chile buenos ejemplos de laicos y equipos formados: Auco, Maipú, por mencionar algunos. Y en la catequesis es necesaria una buena formación sobre las expresiones de religiosidad popular. Los niños reciben de sus padres muchos elementos de vida cristiana. Y es normal que los niños imiten a sus padres. Muchos actos que realizan los adultos que visitan los santuarios, los hicieron cuando pequeños con sus mayores.


¿Conoce otras experiencias de esta devoción en el extranjero?  ¿Qué diferencias y qué coincidencias aprecia entre esas manifestaciones en otros países y las de Chile?


Me detengo en una experiencia que viví: Peregrinación a Luján. Son muchos kilómetros de caminata desde el Santuario de San Cayetano hasta la casa de la Patrona de la Argentina. Es una peregrinación bien preparada y bien desarrollada. En algo se asemeja a la caminata que miles de personas realizan al santuario de la Purísima de Lo Vásquez. La gran diferencia es que los romeros chilenos van solos, no como grupos organizados.

Por ser yo un asuncionista ligado a Lourdes quiero mencionar la Peregrinación Nacional Francesa a Lourdes, de Francia. Los organizadores llevan muchos enfermos desde distintas ciudades de Francia. La gran fiesta de esta peregrinación es el 15 de agosto.

Junto con los elementos propios del Mensaje de Lourdes, esta peregrinación está centrada en la Eucaristía. Son impresionantes las celebraciones de la santa misa en Lourdes, tanto en la gruta como en las basílicas. Y la procesión con el Santísimo y bendición de los enfermos es una de las grandes manifestaciones de quienes llegan a Lourdes de Francia.
           

¿Tiene alguna anécdota positiva concretamente de la celebración tan tradicional del Mes de María?

En una población de Santiago una señora que se había “pasado” a una iglesia protestante, mantenía férreamente su raíz católica y mariana. Su esposo seguía fielmente como católico practicante. Una vez ella me dijo: “Mire, yo despierto todos los días domingo a mi marido y le recuerdo que debe ir a la primera misa a Lourdes, es su santuario y parroquia. Y durante el Mes de María, lo invito y presiono para que vaya a orar a la Virgen y que no falle ningún día”. Era una mujer muy simpática y muy libre, si ella veía una religiosa o un religioso, desde la fila donde iba con sus hermanos, ella saludaba con energía y con su biblia en mano. No temía que la criticaran por ser amiga de los católicos, sin saberlo ella hacía ecumenismo. ¡Seguro que ella y su marido están en el cielo!