Octubre 2008 / NÚMERO 20

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Robinson Méndez: Un ejemplo de superación

Es el tenista en silla de ruedas número uno de Chile, pero llegar a ese puesto le tomó tiempo y mucho esfuerzo.

Robinson Méndez tiene 23 años y desde pequeño soñaba con ser futbolista. Todo el día pensaba en eso. Apenas salía de clases del colegio, iba a jugar a la pelota en una cancha que estaba cerca de su casa.

A los doce años acompañó a un amigo a visitar a su abuela en la población La Victoria y como a las tres de la tarde salió a la calle, porque los vecinos habían organizado una pichanga, “estaba apoyado en la reja y siento un disparo. Lo único que caché es que me caí. Después miré hacia atrás y había dos compadres asaltando a un tipo. Una de esas balas me cayó a mí en la espalda”, recuerda Robinson. Aquella bala, se incrustó en la columna, lo que le produjo una paraplejia irreversible.

Ese día vio cómo su sueño de ser deportista se derrumbaba, ya que no podría volver a correr, jugar ni saltar como cualquier otro niño, “literalmente me cortaron las piernas”, dice Robinson. Después de dos meses de hospitalización recibió ayuda de la Teletón para poder rehabilitarse.

En los primeros meses le fue muy difícil aceptar su paraplejia, le costó reintegrarse a su grupo de amigos, e incluso evitaba ir a la cancha de fútbol a ver como jugaban. Por un momento llegó a cuestionarse todo, y le preguntaba a Dios, por qué tuvo que sufrir ese accidente. Pero cuando la ayuda de sus seres queridos, comenzó a retomar su antigua vida, volvió a juntarse con sus amigos, se interesó por los deportes y empezó a jugar básquetbol, fútbol y tenis.

La primera vez que tomó la raqueta fue a los 14 años y ya a los 16 estaba jugando en Mar del Plata la clasificación para los Juegos Olímpicos de Sydney. Una vez que salió del colegio en el 2003, se encontró con la dificultad que para viajar. Ese mismo año en la Teletón mostraron una nota con su caso, y al finalizar el video, una representante de CCU le ofreció patrocinarlo en sus próximos 15 torneos. Hoy ya cuenta con el apoyo de varias empresas más.

Hace unos días regresó de Beijing, China, donde participó en los Juegos Paralímpicos. Pese a que no logró obtener buenos resultados, estaba muy contento y satisfecho por la experiencia, “es muy emocionante jugar en un estadio lleno de público que lo está viendo a uno”.

Reconoce que para superar todos los obstáculos que ha encontrado en la vida, ha sido fundamental el apoyo que le ha dado su familia, sus padres, sus amigos y toda la fortaleza que le ha dado Dios. Comenta que su fe es muy grande, ya que Dios lo ha acompañado en todos los momentos difíciles. “Siempre antes de entrar a la cancha le pido a Dios que me ayude”. Pero a pesar de todo el apoyo que ha recibido, para él es fundamental las ganas que ha tenido de superarse, “yo he puesto todo de mi parte y he aprendido que las cosas se consiguen con mucho esfuerzo”.

Es posible que con una operación Robinson vuelva a caminar, pero él afirma que esa idea no está ni va a estar nunca en sus planes. “Estoy tan bien en mi carrera, que sería un retroceso como tenista, porque si me opero tendría que estar unos dos años en rehabilitación. En vez de perder ese tiempo, prefiero entrenar duro esos dos años, mejorar mi ranking y ser más profesional. En verdad, mi vida es tan normal que en mi caso no es necesario caminar. Puedo hacer lo que hace toda persona, no me siento diferente a los demás”.