Edición NÚMERO 44
Octubre 2010

Chile, una comunidad en diálogo fraterno para el futuro

Entrevista a Marcial Sánchez, Magíster en Historia de la Universidad de Chile y miembro permanente de la Sociedad de Historia de la Iglesia en Chile.

¿Qué comentario le merecen las actividades de celebración del Bicentenario?

El Bicentenario es en sí una fecha importante, por lo que todo lo realizado y por realizar  es un acontecimiento. Si me remito a lo realizado por la Comisión Bicentenario del Arzobispado de Santiago, me gustaría rescatar la creación  de las Mesas de Esperanza,  las que generaron  un espacio de diálogo abierto, fraternal y respetuoso, en el cual se debatió y reflexionó en profundidad las grandes temáticas nacionales, a partir de nuestra fe común en Jesucristo y su Evangelio, siendo  gestores de aportes concretos. Así destacaría tres de ellos: el Compromiso por la Amistad Cívica, firmado por cada uno de los presidentes de partidos políticos el 25 de julio de 2008;  el Compromiso Bicentenario de los Periodistas y Comunicadores, el 3 de septiembre de 2010, y el lanzamiento de la obra Historia de la Iglesia en Chile, compuesta de cinco volúmenes, de los cuales se han dado a conocer dos: el primero se presentado en la Universidad de Chile y el Segundo en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

¿Qué queda al “debe” en este Bicentenario?

Pienso que lo único sería que de todas las cosas realizadas, que fueron muchas, lamentablemente no tuvieron la cobertura necesaria que merecían, por lo que muchas pasaron inadvertidas.

¿Que espera para los próximos cien años en el país, en términos generales?

Espero que este país en cien años más esté más cohesionado como comunidad, donde la escucha tenga un lugar en un diálogo permanente y fraterno.  Espero que no exista pobreza y que se superen las transgresiones a los derechos de las personas; que Cristo siga con más fuerza en el corazón de cada habitante de este país y que María sea nuestra luz en el camino.