Edición NÚMERO 56
Octubre 2011

Entrevista al Padre Gianluca Roso, director de las Obras misionales Pontificias

La Iglesia es misionera por su naturaleza

¿Cuál es la relevancia de la MISIÓN en la Iglesia Católica?

La relevancia es absoluta. El Concilio Vaticano II lo afirmó con todas sus letras, «La Iglesia es misionera por su naturaleza», (AG 2). Más aún, a partir del Concilio, más hemos reflexionados sobre nuestro ser Iglesia, más nos hemos descubierto: Iglesia misionera. No tiene sentido ser Iglesia sin ser misioneros... sin abrirse al proyecto de Dios y haciéndonos colaboradores y ministros de este proyecto. Después de la Resurrección, el Evangelio subraya que en el nombre de Jesús “la conversión y el perdón de los pecados” tienen que ser llevados a todos. Si aceptamos el hecho de que Dios quiere que todos los hombres se salven, la dimensión universal de la salvación es componente necesaria y la misión insustituible. Por tanto la misión es el horizonte y el garante de nuestro compromiso pastoral. En Aparecida hemos vuelto a tomar esto muy en serio.

En su Mensaje para el Domingo Universal de Misiones de este año, del Papa Benedicto XVI nos ha llamado a despertar nuevamente en cada uno la conciencia de sabernos enviados “con el entusiasmo de los cristianos de los primeros tiempos”. Cuando los cristianos se ponen en acción y se auto comprenden como discípulos misioneros, muchas cosas comienzan a cambiar en la comunidad local. No es novedad que tenemos que mirar a la Misión de la Iglesia con ojos y corazón renovados, fieles a los “nuevos tiempos” y a los enormes desafíos de la realidad que tenemos delante.

Cuando hablamos de Misión, no podemos prescindir de la dimensión geográfica que permanece siempre válida y prioritaria, porque este es el mandato del Señor: ir por todo el mundo, a toda criatura. Válido y prioritario también hoy.

Si hay algo que caracteriza las Obras Misionales Pontificias, y que está grabado en su corazón, es la responsabilidad por el anuncio del Evangelio hasta los últimos confines de la tierra, y quisiéramos alimentar, en todos los chilenos, ese mismo ardor.

¿Que son las Obras Misionales Pontificias?

Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son una institución de la Iglesia universal y dependen directamente de la Santa Sede. Nuestra labor se centra esencialmente en fomentar la cooperación misionera, animando misionariamente a las iglesias locales, informando sobre la vida y necesidades de la misión, ayudando a cada persona, desde su infancia, a descubrir su vocación de discípulo misionero. Porqué un cristiano que no es discípulo misionero, es cristiano solo de nombre.

Son “OBRAS” porquE llevan implícita la consideración de estar siempre construyendo y siempre construyéndose. Son “en constante proceso de realización”.

Son “MISIONALES” y no “MISIONERAS” porqué misionero es el fruto y misional es el proceso.

Son “PONTIFICIAS” porque, si bien nacieron en un principio como iniciativas particulares, inspiradas por el Espíritu Santo, los Papas las han hecho suyas propias, para hacerlas llegar a todos los confines de la tierra.

¿Cuáles son estas obras?

Las OMP reúnen 4 Obras Pontificias, de la Propagación de la Fe, de la Infancia Misionera, de San Pedro Apóstol y la Unión Misional. Ellas existen para ayudar, favorecer, acompañar la acción misionera de la Iglesia.

¿Cuál es su definición de “acción misionera”?

En una palabra: EVANGELIZACIÓN. Si creemos que Cristo es “la Buena Noticia” que Dios envió al mundo, esta buena noticia hay que anunciarla. Y si es verdaderamente es buena, no se queda solo en palabras, sino que se hace realidad en la persona, toda la persona. Es anuncio que se hace concreto, tan concreto que te digo que Dios es nuestro Padre y contemporáneamente me porto contigo como un hermano. La evangelización es un servicio que la Iglesia ofrece a la humanidad; el mundo necesita para su misma vida la Vida en abundancia que Jesucristo trajo. La Iglesia es continuadora en la historia de esta misma misión de Cristo; su misión no es otra que ésta; de allí que la evangelización jamás puede desinteresarse de los problemas temporales de la humanidad, esto significaría, en palabras de Pablo VI, “ignorar la doctrina del Evangelio acerca del amor al prójimo que sufre o padece necesidad” (Evangelii Nuntiandi, 31.34); no estaría en sintonía con el comportamiento de Jesús, el cual “recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia (Mt 9,35)”. El mayor testimonio de una comunidad evangelizadora es su trato y atención para con los pobres y desvalidos, los preferidos de Jesús. La celebración anual del Domingo Universal de Misiones (DUM) tiene el objetivo de recordarnos precisamente esto.

¿Qué es el DUM?

Hace 85 años, por voluntad del Santo Padre, octubre está dedicado a orar y colaborar con la acción misionera de la Iglesia. Por DUM (domingo universal de misiones) entendemos el tercer domingo de octubre, este año domingo 23, en que toda la Iglesia, y todas las iglesias del mundo, oran por las misiones y colaboran con las misiones. Este domingo es una gran oportunidad para rejuvenecer la vida misionera, para orar con tiempo e intensidad por los misioneros dispersos en tantos caminos del mundo y para hacernos solidarios con ellos y su gente, en el generoso compartir con nuestra humilde ofrenda hecha con amor.

¿De qué manera colaboramos?

En todas las Iglesias del mundo en este domingo los cristianos estamos invitados a entregar nuestra colaboración económica en la colecta. Una colecta especial porqué se pone a disposición completamente de las misiones. Ella sirve para financiar (que palabra fea, pero efectiva) la acción misionera de la Iglesia aquí y en todo el mundo. Piense que gracias a lo que se recoge en este domingo, fruto de la generosidad de tantos, la Iglesia Católica sostiene, en los países más pobres,  la acción evangelizadora en más de 1000 entre diócesis y vicariatos apostólicos, subvenciona a unos 5000 hospitales, 18.000 dispensarios, 16.000 hogares de ancianos, 9000 orfanatos y unos 35.000 centro de estudio y formación. Sin hablar de los seminarios y escuelas de catequesis donde se preparan los futuros evangelizadores de esas mismas tierras. Por muchísimos años también nuestro país ha sido sostenido en su obra evangelizadora gracias a la colecta del DUM. Ahora es tiempo que devolvamos con generosidad lo que con mucha generosidad nos ha sido entregado.

¿Es en África donde se concentran mayormente las ayudas?

Sin duda en este momento África es el continente que más recibe y más necesita la ayuda de la Iglesia. Es un continente con muchos problemas, pero también, en palabras del Papa Benedicto XVI, es la esperanza de la Iglesia. En África la Iglesia está experimentando una primavera impresionante tanto en nuevos cristianos como en siempre mayores vocaciones, tanto al sacerdocio como a la vida religiosa. Sin embargo es también un continente que sufre mucho por las divisiones internas, por la pobreza, las enfermedades, etc…

Está delante de nuestros ojos, en estos días, el problema de la hambruna en el Corno de África. Esencialmente son tres países, si bien el problema se está extendiendo. Son Somalia, Eritrea y Etiopia. Piense que se habla que cientos de miles de personas han ya muerto de hambre gracias a la peor sequia que el mundo ha visto en los últimos 70 años, y que se calculan que si no intervenimos unas 750mil morirán en los próximos tres meses. El Santo Padre ha repetidamente llamado a la comunidad internacional a intervenir, pero aun se está haciendo muy poco. Como Iglesia en Chile nos hemos sumados a esta cruzada de ayuda con la campaña de la Conferencia Episcopal y Caritas “África también nos duele”. El día de la colecta en las Misas les decía a mis feligreses que, a causa de esta situación, cada minuto mueren 6 niños de hambre. Es como para no dormir.


DATOS UTILES:

Para donaciones: Banco BCI C/C 29239176
Intestado a: Obras Misionales Pontificias
RUT: 70.287.263-4
Dirección: Nuncio Mons. Sotero Sanz, 260
Providencia – Santiago
Fono (02) 231 90 35
Fax (02) 231 99 07
Pagina Web: www.omp.cl