Septiembre 2009 / NÚMERO 31

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Carlos Barassi

Diacono permanente del Santuario de Santa Gema Galgani

 

Participa en la comunidad hace 12 años. Allí hizo su discernimiento para el diaconado. Ministerio donde lleva 5 años. “En santa Gemita estoy encargado del equipo de animación litúrgica y como asesor de los equipos de catequesis prematrimonial. Ahora también estoy en los comités de apoyo misionero y en el consejo parroquial”, detalla.

 

¿Cómo se asumió la Misión Continental en su parroquia?

Desde que se nos planteó el año pasado, partimos formando equipos que se materializaron este año en los comités de apoyo misionero. Se formó un equipo que ha ido implementando varias  iniciativas. Partimos con un retiro en abril tomando conciencia, para los agentes pastorales de la parroquia. Es un trabajo lento, de sensibilización, viendo los lugares de encuentro con Cristo dentro de nuestra realidad como parroquia y Santuario. Estamos abocados a trabajar fuertemente en las líneas pastorales.

 

¿Cómo tomaron el hecho de estar en misión permanente?

Desde el trabajo preparatorio a Aparecida veníamos involucrándonos. El año pasado se nos preparó en el documento de Aparecida con las líneas pastorales. Si bien es cierto es nuevo en un sentido, en otro Aparecida te deja una misión permanente. No es que empecemos una línea pastoral que termina allá. La tarea que los pastores nos están dando es estar en misión permanente. Eso significó volver al pozo, como la samaritana, para recomenzar desde Cristo y partir. Por eso la primera actividad del año fue mirarnos hacia adentro como parroquia para poder salir. Es un tremendo trabajo, un lindo desafío y la comunidad parroquial lo está viviendo de manera grande.

 

Se partió con la bendición de casas, estamos recorriendo las casas, sensibilizando y con la impronta de la parroquia, porque hicimos una oración propia con un sentido más de invitar al vecino.

 

¿Cómo tomas la responsabilidad de escribir el Evangelio de Chile?

Antes de ayer me llamaron para avisarme lo del Evangelio de Chile. Para nosotros es una tremenda alegría estar en esto. Lo recibo con mucha alegría y humildad entendiendo que vamos a formar parte de una gran comunidad, nos integramos como una parroquia más en el conjunto de la Iglesia. Yo sé que yo voy a copiarlo acá y habrá otro en el sur, otro hermano en el norte y cada uno va a tener un rol muy importante en eso.

 

La idea es darle el realce en al comunidad parroquial. La comunidad no puede estar exenta a esto. Porque creo que somos todos los que vamos a poner nuestras manos, nuestros oídos y nuestros ojos en cada línea que se escriba. Sé que voy a estar unido en la oración con otro hermano que va a estar acompañándonos en esto.

 

¿Cuál es la importancia para ti y tu comunidad de la Palabra?

Somos agraciados en ese sentido. Somos dos diáconos más 7 estudiantes del diaconado. Es una vocación fuerte en la parroquia. Nuestros párrocos nos han dado mucha fuerza en el trabajo laical. A principios de año partimos con el curso del Padre Fidel Oñoro sobre Lectio Divina. Es involucrar esta Palabra Orante y hacerla vida en la comunidad. Es el anuncio del Evangelio todos los días, en todo momento, en el lugar en que te corresponde estar. Asimilamos ser discípulos misioneros, profetas de los tiempos actuales con una palabra que da esperanza, que llega. Es la oración constante de la Palabra hecha vida.

Con la comunidad de diáconos hacemos Lectio. Además por estos días parte el taller de Lectio para la comunidad.