Septiembre 2009 / NÚMERO 31

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Monseñor Cristián Precht

Vicario General de Pastoral y encargado nacional de la Misión Continental

 

Los educadores son héroes anónimos

 

¿Por qué eligieron la educación como uno de los temas prioritarios para la iglesia el 2010?

La Misión Continental quisiera que toda la Iglesia se pusiera en constante estado de misión. Normalmente pensamos en las parroquias y comunidades de base, pero similar importancia tienen los colegios y los movimientos. En Chile el 20% del estudiantado está en colegios de Iglesia. Eso es mucho, es una gran responsabilidad y a la vez un gran servicio. Nos interesa que cada escuela y universidad entre en el espíritu misionero.

 

Como este es un proceso misionero en que tenemos distintas acentuaciones cada año, nos pareció importante que para el año del Bicentenario, cuando se buscan héroes, como los que nos ganaron la independencia en el campo de batalla, subamos a la mesa de todos a otros héroes. Ahí nos llama la atención el trabajo heroico y anónimo de muchos profesores a lo largo del país que han sido importantísimos para que Chile sea lo que es. Entonces quisiéramos el próximo año promover la memoria agradecida de nuestros educadores. Que cada escuela, también los que no son de Iglesia, puedan en un par de semanas recordar a sus grandes actores de la educación. Esto puede ser un paso muy hermoso para que juntos hagamos un proyecto de educación de futuro, pero hay que partir agradeciendo más que partir demandando.

 

Es el primer paso para hacerse cargo del problema de educación de calidad…

Normalmente estamos discutiendo la Ley General de Educación u otra y es bueno, pero la educación la hacen personas y son ellas las que aplican las leyes y son ellas las que se relacionan con los alumnos. Destacar la figura del educador nos parece un acto de justicia. A veces los educadores aparecen en la discusión de la ley o en la calle pidiendo mejores remuneraciones y tendrán razones para hacerlo, pero se nos va quedando en la penumbra la imagen propia del educador. Si me preguntas a mí, yo te puedo nombrar por lo menos cinco educadores que he tenido en mi vida y por qué han sido significativos.

 

Pueblos más pequeños de Chile se deben a gente que prácticamente se inmoló, que dieron la vida por educar. La educación en Chile siempre ha sido importante, pero en algunos decenios fue “el” tema. Qué pasa si los niños de una escuela van a preguntar a su abuelo: Tata, ¿cómo era tu escuela cuando eras niño? Los tatas iban a pie pelado y cuando llovía ellos se quedaban donde las monjitas que abrieron un albergue. Son historias importantes que nosotros sepamos. Cómo se enseñaba cuando no había ningún otro elemento más que la tiza y el pizarrón. Puede resultar muy simpático para los chiquillos de hoy saber que escribíamos con tinta y que se podía vivir sin Internet. Es la historia y eso tiene un valor muy grande. Si vamos a celebrar el Bicentenario, por qué no hacer que el Bicentenario pase por las calles, por las plazas, por las casas y hablemos de tú a tú sobre cómo hemos construido este país que hoy agradecemos.