Edición NÚMERO 43
Septiembre 2010Junio 2010
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Marcial Sánchez, historiador de la Universidad de Chile y autor de “Historia de la Iglesia en Chile”:
“La Iglesia, como todos los hijos de esta tierra, ha sido constructora de la República”

El autor sostiene que la identidad católica está en la raíz del pueblo chileno y que en estos doscientos años de vida independiente la Iglesia siempre “ha acompañado a los unos y a los otros”.

¿Qué aportes destacarías en primera instancia que ha hecho la Iglesia Católica chilena en estos 200 años de vida independiente?

Yo creo que el mayor aporte que ha hecho la Iglesia chilena es que ha sido capaz de colocarse en el signo de cada momento, de cada tiempo. Ha sido una Iglesia viva, con un Cristo presente, en cada uno de los hechos de nuestra historia, desde la Independencia y antes también. La Iglesia ha acompañado a los unos y a los otros, y eso ha sido fundamental. Y por cierto que la Iglesia ha sido constructora de la república, como todos los hijos de esta tierra. Eso lo quiero recalcar.

En ese sentido que señalas, ¿de qué manera nuestra Iglesia se ha hecho eco de las necesidades que han surgido en cada momento histórico de la historia de Chile?

La Iglesia es el Pueblo de Dios, por lo tanto, los que participan de ella son todos sus feligreses. Yendo a hechos puntuales, por ejemplo en el período de la Independencia hay un personaje clave que es Fray Camilo Henríquez o las mismas órdenes religiosas; cómo todos ellos van participando con sus aportes para que efectivamente se logre el proceso independentista. Pero en la Iglesia no solamente hubo sacerdotes que apoyaron a los patriotas, también los hubo quienes apoyaron a los realistas. Y eso es porque la Iglesia tiene que estar con todos, como institución no se casaba políticamente y tampoco lo ha hecho. Eso es un punto. Ahora, también destacaría que la Iglesia ha sido un puntal clave en la temática educativa.

¿Cuál ha sido su aporte en ese ámbito?

Por ejemplo en la educación superior, si nos remontamos a la primera universidad, que es la Universidad Santo Tomás, que después será la Universidad San Felipe y posteriormente la Universidad de Chile, de ahí nace. Ya con la llegada de las congregaciones, época de 1830-1840, éstas empiezan a fundar colegios. Así por ejemplo llegan los Padres Franceses y junto con las Monjas Francesas empiezan a crear establecimientos. Ahora, si eso lo proyectas hasta el día de hoy, te das cuenta que muchos de esos colegios todavía existen. Por otro lado, hay que mencionar que el año 1812 se plantea la alternativa de que las órdenes religiosas tienen que fundar colegios en sus conventos, y así nacen algunos proyectos bastante interesantes, como el proyecto San Agustín, del cual nace el actual colegio San Agustín. Además la Iglesia hace un aporte importante en pensar la educación; en ese sentido dentro de la Iglesia tenemos grandes intelectuales que se han preocupado de este tema.

¿De qué manera el aporte de la educación católica en estos doscientos años ha influido en los más diversos ámbitos de la sociedad chilena?

De las instituciones educacionales católicas han egresado grandes personalidades, personalidades que han ocupado cargos, que han ayudado al progreso de este país, que han sido constructores de Chile. No podemos dejar de mencionar a la Universidad Católica, la cual es hasta el día de hoy un bastión del conocimiento, y por supuesto todos los colegios, universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica católicos que hay a lo largo de nuestro país. En todo caso, si hacemos un paréntesis, a mí no me gustaría adoptar el criterio de separar entre universidades católicas y no católicas; lo que pasa es que nosotros somos un país católico, la gente se siente partícipe de una identidad ¿Y por qué? Porque de alguna u otra forma esa identidad está plasmada en el ser familiar, y pueden pasar muchas cosas, pero la gente sigue haciendo suya esa identidad. Imagínate que, por ejemplo, nosotros hemos tenido gobiernos radicales o gobiernos como el de Santa María, que estaban en contra de muchas cosas eclesiásticas, pero sus mujeres eran católicas que llevaban a sus hijos a la Iglesia el día domingo. Y tú todavía observas eso. Es una Iglesia viva.

Considerando su importancia en la historia patria, ¿cómo crees tú que la educación católica ha influido en los valores que sustenta el sistema educacional general de Chile?

Te voy a responder con la figura de María. Mira: yo soy un convencido de que Chile no es machista, es matriarcal, o sea, es al revés el tema. Te voy a explicar por qué: cuando llegaron los españoles a Chile, algunos llegaron con mujeres, otros no. Las mujeres se quedaron criando a los hijos. Y bajo qué influjo los criaron: bajo el influjo cristiano, ese es el primer vínculo en educación. Y dónde está: en la familia. Y qué valores les entregaron: los valores de la verdad, la honestidad, la libertad, el respeto a los otros. Por eso yo creo que la Iglesia en este país ha entregado sus valores educativos desde la familia, ese es el gran aporte. Ahora, cómo eso se va reflejando en la institucionalidad, ese es otro tema, porque resulta que las congregaciones religiosas hicieron apuestas económicas en colocar colegios, en colocar institutos de estudios para poder entregar valores éticos y morales en esencia, formar éticamente por ejemplo para el trabajo, para la conformación social. Bueno, y ahí podemos nombrar un montón de colegios e instituciones. En ese contexto, me atrevería a decir que hoy día son muy pocas las instituciones educacionales en que no haya algún católico que tenga influencia dentro de los directorios. Y habitualmente lo que hace esa persona dentro de ese directorio es tratar de incluir ciertos valores, como la honestidad, la lealtad, el respeto. Y hoy día hay un valor muy interesante, que es la diversidad, en cuyo seno la Iglesia, como los acoge a todos, también acoge dicha diversidad. Y eso es fundamental.

En la raíz de nuestra identidad

Esa identidad católica que describías anteriormente, ¿de qué manera ha pasado a constituir parte esencial de la identidad del pueblo chileno en sus valores, actitudes y creencias?

Es la raíz, yo creo que desde que se plantó la primera cruz en este continente y posteriormente la llegada a Chile. Los valores cristianos occidentales han sido partícipes de la formación de la identidad cultural de Chile; la forma de pensar, la forma de sentir, la forma de actuar del pueblo chileno, parte en la Iglesia, la cual hoy sigue estando presente en el seno de la familia. La Iglesia nuestra es la que ha generado toda la problemática de las virtudes, las virtudes teologales, la fe, la esperanza, la caridad. Y no me cabe la menor duda que siempre dentro del sermón eclesial de los días domingos, dentro de los escritos de cada una de las pastorales, está presente esta esperanza en la vida eterna, esta esperanza en Cristo. Y eso el pueblo chileno lo tiene muy claro. Por eso recalco que la Iglesia Católica está en las formas del ser y estar del mundo social chileno, está en el sustrato, en la médula. Está tan en la médula que no nos damos cuenta. Por eso yo no me imagino este país sin esta Iglesia.

Siempre en el tema de la identidad, ¿cómo crees que la Iglesia chilena como institución ha logrado sintonía con un hecho cultural tan potente en la historia de Chile como lo es la religiosidad popular?

El pueblo chileno, que está dentro del pueblo latinoamericano a través de Puebla, Medellín, y tantos otros escritos eclesiásticos, nos ha permitido comprender que la gente quiere expresarse de alguna forma ante ese Cristo, ante esa Virgen. Ahí aparece por ejemplo el concepto de La Tirana, de Cuasimodo, y esa religiosidad que nace desde el pueblo obviamente tiene que ser respetada. Hubo un tiempo en que efectivamente costó que la Iglesia, o mejor dicho la jerarquía, entendiese esto, pero con el tiempo la jerarquía ha comprendido que el pueblo de alguna u otra forma tiene que expresar lo que siente de acuerdo a su ethos cultural y no a su mentira cultural. Y eso es lo que hoy día se da, y es por ello que la Iglesia tiene varios sacerdotes que se preocupan mucho de este tema.  

Opción por los pobres

¿Cómo ves el aporte de la Iglesia Católica chilena en la promoción de la justicia social, de los derechos sociales y de los trabajadores?

Con respecto a los derechos de los trabajadores, te puedo decir que uno de los que forma la CUT, que es Clotario Blest, termina después muy cercano al mundo franciscano; eso ya te responde que la Iglesia ha estado con el mundo sindical, el mundo de los derechos sociales y humanos.

¿Cómo crees que la figura del Padre Hurtado ha influido e influye en este tema?

Su influjo en este ámbito, que ciertamente es positivo, llega hasta el día de hoy. Yo creo que son muy pocos los lugares donde uno no encuentra una imagen del padre Hurtado, o gente que dice frases sin saber que son de él.

En el tema social resalta la opción preferencial por los pobres que la Iglesia siempre ha sustentado. ¿Cómo ves ese compromiso a lo largo de nuestra historia?

Nosotros hemos tenido la suerte de tener hombres que entregaron su vida por los pobres, y no necesariamente fueron personas religiosas, pero sólo quiero detenerme en uno, que es un lego franciscano: fray Andrés o fray Andresito, personaje que recorría sectores de Santiago buscando dinero para poder tener comedores y entregarle comida a la gente. La Iglesia Católica, nuestra Iglesia, ha estado siempre presente en la entrega permanente a los pobres; si tú le preguntas hoy día a cualquier indigente dónde puede ir, él va a tomar $ 100 y se va a ir a un centro del Hogar de Cristo, y probablemente ahí va a haber un joven con una cruz en el pecho. Eso siempre ha sido igual, y se ha mantenido en el tiempo. A la gente se le cree cuando dice y hace; a nuestra iglesia se le cree todavía hoy, porque dice y hace. Y lo ha hecho siempre en la historia.

Una Iglesia en acción, entre la gente…

La Iglesia nunca ha dejado de hacer misión, y eso es bien interesante. En el sur de Chile, por ejemplo, desde la llegada de los españoles hasta el día de hoy hay sacerdotes que andan haciendo misiones y están con la gente. Habitualmente la historia se escribe desde Santiago, pero cuando tú ves la historia en el contexto general, ves al sacerdote desde los primeros tiempos insertado en el contexto social. Es decir, no es un personaje ajeno.

Derechos Humanos, siempre

Pasando a otro tema, muy importante en el siglo XX chileno, ¿cuál fue el valor de la defensa de los derechos humanos que hizo la Iglesia durante el régimen militar?

Yo creo que siempre cuando uno habla de ese período dice que la Iglesia sacó un plus, porque se puso junto al doliente, sin preguntar si crees o no crees. La Iglesia fundó Pro Paz, posteriormente la Vicaría de la Solidaridad, y se colocó junto a los que estaban siendo perseguidos, y cuando se coloca junto a los que estaban siendo perseguidos les abre la puerta, como Cristo lo hizo frente al sufriente. Ahora, ese es un elemento interesante, porque la Iglesia ha sido capaz de comprender que la dignidad del ser humano parte en el ser humano en sí, y no en lo que piensa o no piensa. Pero además aquí hay un tema interesante, porque no es una Iglesia que en ese momento histórico –en el régimen militar- está solamente en ese contexto, sino que también está en otros escenarios, en el mundo militar, entre los que no sabían lo que estaba pasando, etc., porque también en esa época estaban los otros, e igualmente teníamos que acompañarlos, y hubo sacerdotes que lo hicieron, en sus penas y en sus dolores. Por otra parte, la labor de la Iglesia Católica en aquella época fue crucial, y creo que ayuda a que en este país en el cambio de gobierno no haya ni una sola una bala, y a que el general Pinochet le entregue la banda presidencial a Patricio Aylwin.

Y ese compromiso con la defensa y promoción de los derechos humanos ha sido permanente en la Iglesia chilena, más allá del régimen militar…

Hay varios temas en que la Iglesia se ha ido preocupando. Yo creo que los derechos de las personas parten por ejemplo con los derechos de la familia, y la Iglesia Católica chilena siempre ha sido una promotora de la familia. Ha sido una promotora del respeto a la mujer; somos una de las primeras iglesias en Latinoamérica que hemos sacado algo que habla sobre el respeto a la mujer en este país. Cosa similar ocurre con el respeto a los niños. Entonces, nuestra Iglesia siempre ha estado como a la vanguardia a nivel latinoamericano en este contexto. Y por qué ha estado en la vanguardia: yo creo que porque siempre hemos tenido grandes pensadores a nivel eclesiástico, no solamente sacerdotes, sino también laicos, que se han dado cuenta que de una u otra forma como país tenemos algo que plantear, y en ese contexto yo creo que la promoción de los derechos humanos ha sido fundamental.

Por último, y yendo a la contingencia, al mundo temporal, ¿cuál ha sido la importancia de los católicos en la acción política en estos doscientos años de vida independiente?

La Iglesia tiene que estar presente en todos los ámbitos de la cotidianeidad. Más aún, yo me atrevería a decir que tiene que estar presente en la política, pero no en la contingencia. La Iglesia puede responder a elementos contingentes, pero la Iglesia en sí no es contingente. Entonces, por ejemplo, tú observas que cuando se funda la Acción Católica, se hace en base a un pensamiento, en cuanto a una forma de enfrentar la vida, y de ahí nacen personajes que después tendrán acción católica dentro del contexto político.