Fundación Santa Zita del Arzobispado de Santiago
Una casa de desarrollo integral para las trabajadoras de casa particular
En estos días en que han sido objeto de discriminación y polémica en algunos sectores de Santiago, resulta esperanzador conocer uno de los espacios que la misma ciudad, y específicamente la Iglesia Católica, le ofrece para su acogida y fortalecimiento tanto en lo personal como laboral.
Para Silvia Domínguez (68 años, 2 hijos) la Fundación Santa Zita es un segundo hogar. “Acá me hago amigas, converso, lo paso bien. Conozco este lugar desde que era chiquito y de madera; y siempre que veo a una niña sola o con otra en una plaza pasando su día libre les hablo de este hogar y las invito”, cuenta. Ella, como muchas otras mujeres, llegan a él en busca de un hospedaje transitorio mientras encuentran trabajo, a realizar a algún taller de formación o capacitación, o bien, simplemente, a compartir el almuerzo dominical y pasar en un ambiente grato y familiar la tarde del día de descanso.
Rosa Silva (67), Iris Wirth (68), María Teresa Donoso (48) y Juana Neipán (49) lo saben bien. Llegaron a la fundación por distintos caminos y tienen distintas historias de vida y orígenes, sin embargo, les une el orgullo que sienten por su trabajo.
En general, sobre lo ocurrido recientemente en un condominio de Chicureo, opinan que es marginal y obedece a ignorancia. “Las personas que tratan mal a la trabajadora, casi siempre lo hacen por ignorancia y falta de cultura, son mujeres que se han casado con alguien de altos recursos y creen que el dinero y el maltrato a las personas que trabajan en su casa les hacen más importantes”, sentencia Iris.
Según explica la secretaria ejecutiva de la fundación, Irene Pavez, el objetivo es ofrecer a las trabajadoras -católicas o no- formación y cursos, en pos de su desarrollo integral y crecimiento como persona. El 2011, por ejemplo, aproximadamente 80 personas se certificó en alguno de los talleres, que en esta oportunidad fueron computación, peluquería, moda, cocina, repostería, cuidado de enfermos y nivelación de estudios. Todos los talleres se dan los domingo, entre marzo y noviembre, pues la fundación piensa especialmente en las mujeres que trabajan con la modalidad puertas adentro y que tienen a sus familias fuera de Santiago.
En lo pastoral, asimismo, hay preparación para sacramentos y actividades fraternas dentro y fuera del hogar, como participación en peregrinaciones a la Virgen del Cerro San Cristóbal y al Santuario de Santa Teresita de Los Andes. Para todo ello cuentan con la asesoría espiritual del sacerdote Julio Dutilh.
Los cursos se dan los domingo, entre marzo y noviembre, pues se piensa especialmente en las mujeres que trabajan con la modalidad puertas adentro y que tienen a sus familias fuera de Santiago.
Además de en la casa principal, ubicada en la céntrica esquina de Marín con Tocornal, la fundación se inserta en algunas comunas con los llamados centros parroquiales, donde los cursos y servicios se dan algunos días de la semana y también domingo.
La fundación brinda asimismo hospedaje los 365 días del año, por un aporte bajo, a un máximo de 50 mujeres semanalmente, de entre 20 y 70 años, de nacionalidad chilena y específicamente en un 90 por ciento provenientes del sur del país. Para las migrantes –señala Irene Pavez- existe otra institución de Iglesia (el Ciami) donde reciben acompañamiento especializado en su condición de extranjeras. No obstante, en los cursos la distinción no se realiza.
“Para nosotros lo importante es acoger y apoyar a las mujeres, sobre todo a las que a veces tienen autoestima baja o poca educación, porque también hay mucha soledad, timidez, casos complejos. Les hablamos de dignificar nuestro trabajo, siempre repitiendo que es importante como cualquier otro y orientándoles en sus derechos y deberes”, comenta la secretaria ejecutiva.
Quien requiere de esta institución o quiera ser parte como alumna o monitor (a), colaborando con donaciones monetarias o con servicios profesionales de orientación sicológica o legal, debe dirigirse a Tocornal 303 o Marín 437 o llamar al teléfono 2229705.
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