Edición NÚMERO 53
Julio 2011

Marco León, historiador:

Una historia de evangelización con sentido social

Para este profesor de las universidades de Concepción y Bíobío, en estos 450 años de historia la Iglesia de Santiago ha tenido un compromiso activo con la realidad.

¿Cuáles son a su juicio los principales aportes que ha hecho la Iglesia Católica de Santiago en estos 450 años de historia?

Ayudar a gestar y consolidar el proceso de evangelización del territorio, desde la llegada de los españoles hasta el presente. Asimismo, hizo posible, mediante el esfuerzo de ambos cleros (secular y regular), el mantenimiento de instituciones de caridad dedicadas a los pobres urbanos y rurales. Durante los siglos XIX y XX,la Iglesia ha respaldado nuevas obras sociales y se ha involucrado, política y socialmente, con grupos excluidos y perseguidos en determinados contextos históricos, tales como guerras civiles, golpes de Estado, etc.

¿Cuál fue la importancia de la Iglesia Católica de Santiago durante la Conquista
y la Colonia en la defensa de los indígenas?

Su acción evangelizadora permitió la integración de las creencias del Catolicismo al mundo religioso de los grupos indígenas presentes en Chile, especialmente en el caso de los mapuche. Asimismo, ayudó con dicha labor a la construcción de una identidad mestiza que aún es posible rastrear hoy en día a través de las diversas fiestas religiosas que recorren el calendario y que integran formas y contenidos católicos e indígenas.

Una Iglesia que se la juega

¿Qué personajes de la Iglesia de Santiago destacaría en dicha defensa de los indígenas en los períodos señalados? ¿Por qué los destacaría?

Destacaría al franciscano Diego de Medellín (obispo entre 1574 y 1593), organizador de la diócesis de Santiago y uno de los iniciadores de la defensa de los indígenas. A él le correspondió, además, aplicar en la diócesis los acuerdos del Concilio de Trento (1545-1563) y crear el Seminario Conciliar de Santiago. Otro personaje a destacar es el obispo Francisco González de Salcedo (1622-1634), quien realizó el Sínodo de 1626, mejoró la formación del clero y defendió a los indios huarpes, provenientes de la provincia de Cuyo y que eran traídos a Santiago para trabajar en lavaderos de oro y en otras obras de servicio público, debido a la escasez de mano de obra que había provocado la rebelión mapuche de 1598.

¿Qué papel ha jugado la Iglesia de Santiago en la promoción de la justicia
social, tanto en la capital como a nivel de todo el país? ¿Qué hitos destacaría en esta materia?

Con más claridad desde la encíclica Rerum Novarum (1891) se ha notado su presencia entre los grupos obreros, campesinos, mineros y urbanos en general. La institucionalidad asistencial que se desarrolló con fuerza desde el siglo XIX, dio paso en el siglo XX a la celebración de congresos, a la creación de círculos de estudio, a la organización de la Acción Católica y otras iniciativas que buscaban mejorar las condiciones de vida moral y material de los desposeídos, en un contexto histórico de urbanización e incremento de los problemas de salud, educación y vivienda en el país, en concreto desde la década de 1920.

¿Cómo ha sido el compromiso de la Iglesia de Santiago con la promoción de la dignidad humana en todas sus formas? ¿En qué acciones e iniciativas a lo largo de la historia se ha demostrado dicho compromiso?

La Iglesia ha mostrado una evolución desde los siglos coloniales y se ha ido modernizando paulatinamente. El tema de la dignidad tiene matices, pues en algún momento aceptó la esclavitud, pero finalmente ha debido entender que debe marchar al compás de los tiempos y eso implica hasta un compromiso político explícito, en especial en períodos como el de la dictadura militar.

A propósito de esto último, ¿cuál fue la importancia de la acción de la Iglesia en la defensa de los derechos humanos durante el gobierno militar? ¿Qué rol jugó la Vicaría de la Solidaridad?

El rol de la Iglesia fue fundamental para mostrar que el tema de la violación de los derechos humanos no era sólo una creación del marxismo o de los ‘señores políticos’, como se decía entonces. Se trataba de un problema concreto asumido por el Comité Pro Paz y luego por la Vicaría de la Solidaridad, en la cual destacó sin duda el cardenal Raúl Silva Henríquez. A través de la Vicaría no sólo se canalizaron las demandas por información del paradero de los detenidos desaparecidos, sino que además se protegió a activistas y líderes políticos de un posible desenlace fatal, eventualmente provocado por agentes de la DINA y la CNI después.

Los desafíos del tiempo presente

¿Cuáles han sido a su juicio los grandes aportes que ha hecho la Iglesia de
Santiago en el campo de la educación?

El principal aporte ha sido mantener la ortodoxia de sus creencias, adaptándolas a una realidad cambiante y que requiere del mundo religioso y laico.

¿Cuál es el sello de la educación católica en todos sus niveles (escolar y superior)que ha impulsado la Iglesia de Santiago?

El compromiso social -activo y no pasivo- con el mundo.

A la luz de lo que ha realizado la Iglesia de Santiago en estos 450 años de historia, ¿qué se puede esperar de ella en el presente y hacia el futuro?

En el presente, que acepte sus virtudes y defectos. En el futuro, que logre integrar incluso a sus críticos.